El centrocampista egarense Edi Tubau anunció con pocos días de diferencia su retirada tanto de la selección como de su equipo, el Club Egara, que dejará a final de temporada. Tubau cuelga el stick a los 35 años para dedicarse a su profesión de preparador físico y pasar más tiempo con su familia. Ansía irse con un título. En los próximos dos meses peleará con su equipo por la EHL y la Liga.
Ha anunciado ya su adiós a la selección. ¿Dejará también el hockey al acabar esta temporada?
Sí. Lo dejo definitivamente. El trabajo y la familia absorven mucho. Con 35 años ya lo he hecho todo en el mundo del hockey. Hay que dejar paso a los jóvenes. Intentaré ayudar desde fuera, no sé si primero como preparador físico y en un futuro como entrenador. Intentaré transmitir mis conocimiento, pero ya desde detrás de la valla.
¿Su caso es parecido al de Pol Amat, que se veía físicamente en condiciones de continuar jugando pero tomó la misma decisión?
Sí. Dicen que el cuerpo tiene memoria. A los que hemos hecho deporte toda la vida nos cuesta poco ponernos en forma. El problema es mental. Me cuesta ir a entrenar a las nueve y media de la noche y tener que madrugar al día siguiente. Cuando no estás bien mentalmente todo es más complicado. Y el hockey es para divertirse. Es un deporte amateur, pero el entrenamiento es casi profesional. Si no disfrutas, lo mejor es dejarlo.
Este año, el Club Egara deberá ganar la Liga para dedicársela.
Eso me dicen. Sería una guinda muy importante para mi carrera, pero fundamentalmente para el equipo y el club, que lleva muchos años sin conseguirlo.
El pasado domingo se le escapó la oportunidad de asegurarse un título en el año de su retirada.
Sí. Los últimos partidos ante el Polo, en la Liga y en la Copa del Rey, han sido bastante igualados. Son superiores tanto como equipo como jugador por jugador, pero siempre les damos mucha guerra.
¿El Polo se ha convertido en la bestia negra de este Club Egara?
Todo el mundo pensaba que a este Polo no se le podría dar guerra, pero nosotros llevamos tres años haciéndolo. Y lo seguiremos intentanto la próxima semana en la Euro Hockey League y seguramente en la "final four" de la Liga. Este equipo es muy joven, está trabajando bien y se merece una victoria.
¿Le parece injusto que el Egara lleve quince años sin ganar una Liga y siete sin ganar una Copa del Rey?
No sé si es injusto. Yo no acabo de creer en la buena o en la mala suerte. Si no consigues ganar es porque los demás lo hacen mejor o trabajan un poquito mejor. Pero mucha gente puede pensar que es injusto, ya que entrenamos muy duro y todos somos gente de la casa. Así es más difícil competir con equipos que fichan, pero lo seguiremos intentando. Este grupo de jugadores se lo merece. Además, estamos muy cerca. Y cuando estás tan cerca alguna vez las finales pueden decantarse hacia tu bando.
¿Se arrepiente de no haber salido a jugar al extranjero?
En absoluto. He tenido durante años ofertas del Bloemendaal. También del HGC. Pasé tres años fantásticos en el Club de Campo. Y poder acabar en mi club, el Egara, es un privilegio. Siempre he priorizado los estudios. Además, la selección ya me ha permitido conocer muchos países y vivir experiencias.
¿Se vé ejerciendo de entrenador?
Hoy por hoy no. Estoy bastante saturado. Me tomaré un tiempo sabático. Necesito desvincularme un poco del hockey y del club para coger fuerzas. Después, ya veremos.
¿Cuando tomó la decisión de dejar la selección española?
Tras el Mundial de 2014 decidí tomarme un año sabático. Estaba mentalmente muy cansado. Mi intención era ver si en septiembre de 2015 me sentía con fuerzas para comenzar la preparación olímpica, pero era imposible compatibilizar mi vida laboral y familiar con eso. Siempre dije que sería muy honesto conmigo mismo y con el equipo y que si veía que no podía comprometerme al cien por cien en la preparación lo dejaría.
Por muy poco se quedará con cuatro participaciones olímpicas. Es una lástima.
Evidentemente, me hubiera gustado completar los cinco Juegos Olímpicos, pero sería una falta de respeto hacia mis compañeros de selección no entrenar igual que ellos y acudir a unos Juegos. Es una lástima, pero estoy muy seguro de mi decisión. Y cuando sientes eso puedes dormir tranquilo.
Pero, pese a todo, debió ser una decisión muy difícil de tomar.
Por supuesto. Queda muy poquito para los Juegos y a cualquier jugador le hace ilusión poner fin a su carrera con los quintos Juegos. Son quince años de dedicación; media vida. Los Juegos son el acontecimiento más importante para un jugador de hockey. La gente acude más preparada que a un Mundial o a un Europeo. Y si no estás en plenitud de condiciones, tanto mental como físicamente, tampoco disfrutas dentro del campo. La vida te obliga a tomar decisiones. Yo lo hice y estoy muy tranquilo.
¿Estuvo valorando con el seleccionador Fred Soyez la posibilidad de acudir a Río?
Sí. Me propuso entrar en el grupo de trabajo, pero ví que no podría seguir el ritmo. En realidad, el cambio generacional tenía que llegar. Es bueno que los jóvenes se pongan las pilas para intentar conseguir una medalla o, como mínimo, entrar en semifinales, que creo que es el objetivo que se han fijado.
Con su retirada y las de Santi Freixa y Pol Amat se acaba una delantera mítica para la selección. ¿Es el punto y final a una generación?
Sí. Creo que acaba la mejor generación. Durante siete años, España estuvo arriba. Era como una burbuja. Mucha gente dice que ese equipo es irrepetible. Estamos habando de los delanteros, pero hay que pensar también en gente como Ramon Alegre, Rodrigo Garza, Kiko y Àlex Fàbregas. Si se sigue trabajando bien, seguro que saldrán jugadores buenos y el hockey español volverá a estar en lo más alto.
¿Le ve opciones a esta selección de hacer medalla en Río?
Sí. Con este formato en que hay cuartos de final, a un partido puede suceder cualquier cosa. Los Juegos Olímpicos son siempre competiciones muy igualadas. España tiene un grupo muy difícil, pero si te cuelas a semifinales puedes ganarle a cualquiera y dar la sorpresa. En los momentos importantes, España saca siempre su garra.
