La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recalcado hoy que el Gobierno “es muy consciente” de que está en funciones por lo que “ya no tiene capacidad para hacer política” por lo que tampoco puede someterse al control político del Parlamento.
Sáenz de Santamaría se ha referido así, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, a las demandas de la oposición para que comparezcan miembros del Ejecutivo en el Congreso y se sometan al control de la cámara.
Ha recalcado que la primera función de la Cámara debería ser configurar un gobierno con plenos poderes y ha insistido en que no puede controlar la acción política del pasado, pues sería como pedir ahora que compareciera José Luis Rodríguez Zapatero para dar cuenta de su gestión como jefe del Ejecutivo.
La vicepresidenta ha asegurado que jamás un gobierno en funciones ha comparecido ni ha sido sometido a control parlamentario. “Nunca, no hay ningún precedente en derecho parlamentario”, ha subrayado.
Ha aludido a un informe del Parlamento de Andalucía de mayo de 2015, cuando el gobierno autonómico estaba en funciones hasta que más tarde la socialista Susana Díaz logró el apoyo de Ciudadanos para gobernar.
Según la vicepresidenta, el informe señala que “es evidente” que la labor de control “carece de sentido frente a un gobierno que se limita a la gestión ordinaria de los asuntos”.
“Es la doctrina parlamentaria aplicable aquí y en el Parlamento de Andalucía”, ha resaltado Sáenz de Santamaría, quien ha recordado que en Cataluña tampoco hubo control al Ejecutivo de Artur Mas cuando estuvo en funciones tras las elecciones del 27 de septiembre.
Ha precisado que las Cortes han acordado que los mandatos que se aprueben en este período “no son para este Gobierno, son para el siguiente”.
Y ha concluido: “Si las cámaras actuales no pueden mandatar al Gobierno en funciones, ¿cómo va a haber un control y una acción política que no podemos tener, porque nos lo impide la Ley de Gobierno?”.
“No se puede soplar y sorber al mismo tiempo”, ha afirmado y ha añadido que “hay que ser un poquito coherente”.
Ha asegurado que algunos ministros estarían “encantados” de acudir al Parlamento, pero ha incidido en que “no es una cuestión de querer o no querer, sino de que el Reglamento existe”.