El Terrassa FC ha recibido en los últimos días un total de cinco denuncias por los despidos que se han producido en los últimos meses, tanto en su cuerpo técnico como en la primera plantilla. Las mismas proceden del ex entrenador del primer equipo, David Pirri, de sus ayudantes Xavi Pérez y Juanje, y de los ex jugadores Aaron Bueno y Miki Martínez. El volumen de las cantidades que se reclaman entre los cinco se aproxima a los 70.000 euros.
La reclamación de David Pirri asciende a casi 8.000 euros. El ex entrenador del primer equipo, que continúa en el club con un contrato de tres temporadas más como responsable del fútbol base, ha decidido presentar una demanda judicial al considerar que se le adeudan cantidades referidas a la temporada pasada (justifica que existe un reconocimiento de deuda que no está saldado) y a la parte de este ejercicio que figuraba en un contrato que no era el federativo. Los representantes legales de Pirri defienden que cuando se retiró la denuncia por impago el pasado mes de julio, los nuevos responsables se comprometieron a pagar una parte en ese momento y el resto durante esta temporada.
El club, por su parte, estima que la deuda está saldada en su totalidad y lo justifica en base al fallo de la Federació Catalana de hace unos meses que permitió al club resolver el conflicto y fichar a José Luis Duque de forma normalizada. A la denuncia de Pirri hay que añadir la de Xavi Pérez, preparador físico en la anterior etapa, que asciende a unos 1.500 euros y la del segundo entrenador, Juanje Rodríguez, por importe de poco más de 1.000 euros.
Ex jugadores
El otro frente abierto es referente al despido de los ex jugadores Aaron Bueno y Miki Martínez. El club prescindió de ambos a finales de enero y rescindió sus contratos, vigentes hasta junio de 2017. El presidente, Jordi Cuesta, dijo en su momento que se trataba de contratos de voluntariado que contemplaban dicha actuación por parte de la entidad.
Aaron y Miki entienden que se trata de un despido no procedente y han presentado las respectivas denuncias. El día 18 de marzo está fijado un acto de conciliación entre las dos partes.
Por lo que hace referencia a Aarón Bueno, reclama unos 32.000 euros. En esa cantidad se incluye todo el salario de la temporada 2016-17, el de la actual, sus emolumentos como entrenador de un equipo formativo y un capítulo por daños y perjuicios. Miki reclama una cantidad ligeramente inferior que se mueve en parecidos parámetros. El Terrassa considera que las demandas son inaceptables.
El resto de despidos que se produjeron en la plantilla tras el relevo en la dirección técnica no han tenido un recorrido judicial dado que no existía un compromiso contractual de la misma naturaleza que los anteriores, lo que daba la opción de romper el vínculo federativo que se había firmado.