“No hay apoyo ninguno. Estás como en una tempestad con una barquita de papel”, dice el padre de Hugo Medina, al que sigue buscando después de que su expareja se lo llevara hace seis años. Es una de las “pesadillas” en las que viven los familiares de las 14.000 personas que desaparecen al año en España.
Hoy es el día de las personas desaparecidas sin causa aparente y el padre de Hugo ha acudido a la concentración convocada en la puerta de CaixaFórum de Madrid por la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas, QSDGlobal.
Sobrecogidos y en muchos casos llorando, los familiares de decenas de hombres, mujeres y niños desaparecidos -en ocasiones desde hace veinte años y en algunos casos desde hace escasos días- han sostenido carteles con las fotos de sus allegados durante el acto, que ha finalizado con música clásica y la suelta de cientos de globos blancos.
Durante la concentración una de las familiares ha leído un texto en el que recuerda que anualmente desaparecen en España entre 10.000 y 14.000 personas. La mayoría aparece en pocos días, pero aproximadamente el ocho por ciento no lo hace.
Los allegados tienen la sensación de que “se los ha tragado la tierra y nadie hace nada”, ya que están “abandonados por todas las instituciones” y “las promesas se han quedado en palabrería”.
De ahí que hoy quieran “hacer visibles” a los desaparecidos, ser su voz y exigir protocolos de actuación comunes ante estos casos y apoyo para las familias.
“No vivimos, sobrevivimos. Es una pesadilla. La vida queda rota bruscamente, ha asegurado la representante del colectivo que ha leído el manifiesto.
Un ejemplo palpable es Emiliano Medina Martín, cuyo hijo Hugo, que ahora tiene diez años, está desaparecido desde 2010, cuando la madre del pequeño lo sacó de España para llevarlo a su país de origen, Perú. No le dice dónde está exactamente y no le deja verlo.
Se trata de un “secuestro parental”, como muchos otros que hoy han alzado la voz en Madrid.
Emiliano, que ha llevado su caso al Tribunal de La Haya, corrobora entre lágrimas que “las instituciones no hacen nada, no hay apoyo ninguno. Estás como en una tempestad con una barquita de papel”.
Hoy se siente apoyado por otros que están en su misma situación y que para él son “una gran familia, en la que unos no van a abandonar a otros, como sí han hecho las instituciones”.
A su lado está Luisa Vera, cuya hija Cristina salió por la puerta de casa en Cornellá -según ha sabido luego- para romper con su novio el 9 de marzo de 1997, y nunca volvió.
Luisa, que cada día, tras 19 años, se levanta pensando en su hija, no sabe lo que ocurrió, pero sí que tras un tiempo de investigación la policía le dijo que “buscase en el vertedero”. Se hizo un tiempo sin resultado.
El director de la Fundación QSDGlobal, el periodista Paco Lobatón, ha compartido el anhelo de las familias de “ser visibles y no se las someta a la condena de ser desaparecidos como colectivo” y ha incidido en que es esencial denunciar las desapariciones inmediatamente.
Según datos policiales, el año pasado se registraron 11.997 denuncias de desaparición, de las que 7.968 ser referían a menores.
El 98 por ciento de ellas están resueltas y en el caso de los menores se han aclarado el 99,9.
Tras la concentración en el centro de Madrid, la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas ha entregado los primeros premios “9 de Marzo por los Desaparecidos” en sus siete categorías, entre ellos al forense Francisco Extxebarría, que participó en la identificación de los niños cordobeses Ruth y José.
Precisamente hoy el Gobierno en funciones ha anunciado que reforzará la búsqueda de desaparecidos y actuará de manera preventiva frente a estos casos mediante la firma un convenio entre los ministerios de Interior, Sanidad y Justicia y la Fundación.