El pasado 29 de febrero caducaron todos los abonos T-25 de los autobuses de Tmesa (la concesionaria del servicio en Terrassa) que los pasajeros habían adquirido en 2015. Una de las usuarias de este transporte y lectora de Diari de Terrassa, Teresa Casals, ha enviado una carta a esta cabecera en la que se queja de que, cuando esta tarjeta de autobús caduca, los pasajeros no pueden aprovechar los viajes que aún les quedan por gastar.
Casals explica en la misiva que compró en 2015 una tarjeta T-25, la opción que permite hacer 25 viajes. No los empleó todos durante el año pasado y ahora pregunta al Ayuntamiento por qué esos trayectos que aún le quedaban por consumir no pueden pasarse a una T-25 de 2016 para evitar perderlos. Previo pago, siempre, de la cantidad económica que correspondiera.
La respuesta
Desde el Consistorio indican que, como todo servicio que está sujeto a una revisión de precios, la T-25 cuenta con una fecha de caducidad. Y que las tarifas relacionadas con los billetes de autobús se renuevan cada día 1 de enero. Pero, eso sí, que se da un margen de dos meses a los pasajeros (que, en este 2016, terminaba el 29 de febrero pasado) para que acaben de gastar aquellos viajes que aún les quedan de sus tarjetas del año anterior.
“Durante este tiempo -explican fuentes municipales- los usuarios que no han adquirido los nuevos títulos de transporte están viajando a unos precios más baratos que los vigentes”. Además, desde el Consistorio consideran que el hecho de que los tiques de 2015 caduquen a día 29 de febrero se ha dado a conocer con antelación y por distintas vías. Que existe una caducidad -detalla la respuesta municipal-, puede leerse en las propias tarjetas de autobús de Tmesa. Además, la web de la empresa también informa de la fecha en que los abonos dejan de ser válidos, aparte -indican desde el Ayuntamiento- que Tmesa avisa de la proximidad de caducidad con tiempo mediante carteles en los buses y las paradas.
Desde el Consistorio sugieren adquirir el tipo de billete que más se ajuste al número de viajes que se prevé hacer, precisamente, para que no queden trayectos por gastar. Al tiempo que indican que no han recibido quejas de otros usuarios por los motivos expuestos en la carta remitida a esta redacción.
La T-25, el tique elegido por la lectora de Diari de Terrassa, ha sido el único cuyo precio ha subido en 2016. En concreto, lo ha hecho diez céntimos, ya que ha pasado de valer 18 a 18,10 euros. En este sentido, comentar que la usuaria estaba de acuerdo con pagar los diez céntimos de diferencia para traspasar los viajes de una T-25 de 2015 a otra de 2016. El resto de títulos han conservado los precios este año, en el marco de una política de congelación de las tarifas del servicio de autobús urbano.