Terrassa

Los trenes “granota” viven en Cuba

Durante los años 90 del siglo pasado, con la entrada en servicio de las nuevas unidades de trenes de la serie 112, los trenes de la 400, conocidos popularmente como “granotes”, se fueron retirando progresivamente del servicio comercial de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) al momento que se llegaba a un acuerdo con Cuba para donar ocho unidades de estos trenes, o lo que es lo mismo, 27 coches.

A finales del año 1979, las líneas de Ferrocarrils de Catalunya, que la Feve explotaba provisionalmente desde 1976, fueron transferidas a FGC, que se había constituido el 5 de septiembre del mismo año. Ya en la década de los noventa, dentro de la modernización de los servicios de trenes que estaba llevando a cabo la ferroviaria catalana, se decidió adquirir nuevos coches para la línea Barcelona-Vallès de FGC con el objetivo de sustituir los de la serie 400.

“Se publicó un anuncio de venta en diversos medios internacionales pero nadie quería comprar por tanto dinero unos trenes que tenían medio siglo de vida”, explica el director del Centre d’Estudis del Transport, Joan Carles Salmerón. Por eso, se consideró que la mejor opción sería la de ceder a Cuba buena parte de los catorce trenes “granota” que circulaban por aquel entonces. La isla podía aprovechar perfectamente las unidades que FGC retiraba del servicio comercial ya que su línea de ferrocarril fue construida bajo los mismos principios tecnológicos y en la misma época que la línea Catalunya-Sarrià de FGC.

Partida hacia Cuba
Así pues, en enero de 1998, el Port de Barcelona vio como los “granota” partían hacia Cuba. La llegada de los nuevos trenes representó la supervivencia del ferrocarril de Hershey, que sirve la región oriental de la Habana con una red cercana a los doscientos quilómetros de longitud y que estaba a punto de cerrarse por la falta de material móvil. Además, “se enviaron formadores y se ofreció ayuda técnica”, recuerda Salmerón.

A lo largo de los años, los trenes catalanes se han ido convirtiendo en un icono de la isla gracias a que aún conservan los antiguos colores corporativos de la línea Barcelona-Vallès de FGC, la antigua numeración y hasta las rotulaciones en catalán a causa de la falta de recursos económicos para modificar estos elementos. Así pues, aún pueden observarse expresiones como “prohibit fumar” o las tarifas que tenía FGC cuando estos trenes circulaban por las vías de la red ferroviaria catalana.

“Los trenes que a día de hoy aún circulan por Cuba se han ido arreglando con piezas de otros trenes catalanes. Es casi un milagro que puedan seguir circulando trenes en la línea de ferrocarril de Hershey”, asegura Salmerón.

Los trenes de la serie 400, popularmente conocidos como “granota” por su característico color verde y los grande faros en la parte frontal, se construyeron en los años 40 en los Talleres de Sarrià. Cómo explicó Salmerón en la conferencia “De Sarrià a l’Havana. Una historia de supervivencia”, en un primer momento se utilizaron elementos de antiguos automotores, mientras que posteriormente se construyó la totalidad de los trenes con materiales de nueva construcción. El prototipo de los nuevos vehículos destacaba por su diseño innovador y avanzado a la época, con particularidades como las grandes ventanas panorámicas, los dos fanales delanteros situados en el techo y la construcción mediante soldadura eléctrica en lugar de los antiguos remaches.

72 años de historia
El año 1944 entró en servicio el primer tren de la serie 400 de FGC. Las nuevas unidades permitieron hacer frente al importante incremento de la demanda que se produjo en acabar la Guerra Civil y efectuaron los servicios suburbanos entre Barcelona, Sant Cugat, Terrassa y Sabadell.

Finalmente, el año 1992, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya signó el contrato de adquisición de las nuevas unidades de tren de la serie 112, que a medida que se iban incorporando al servicio retiraban las unidades “granota”. El último viaje de un tren de la serie 400 fue en junio de 1996, fecha en la que se efectuó el último servicio comercial con un tren especial de despedida entre Plaça Catalunya, Les Planes y Sarrià.

Desde entonces, por la línea Barcelona-Vallès de FGC han circulado trenes de la serie 111, que fueron puestos en servicio entre 1983 y 1987 y circularon hasta hace apenas dos meses, de la 112, aún en servicio, y también de las series 113 y 114, que llegaron en 2014. Estos últimos cubren tan sólo la línea L7, entre las estaciones de Plaça Catalunya y Avenida Tibidabo.

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