Poco podía imaginar Joan Chamorro, cuando puso en marcha la Sant Andreu Jazz Band hace diez años, que la formación iba a alcanzar la reputación que ostenta ahora y que iba a suponer el trampolín para nuevas figuras de la escena jazzística catalana e incluso europea, como es el caso de Andrea Motis (a punto de grabar en Nueva York, junto a Chamorro, para el mítico sello Impulse) y Eva Fernández, entre otros.
Corría el año 2006 cuando la formación debutaba, precisamente en el marco del Festival de Jazz, dentro del Jazzjove Non Stop. Por aquel entonces la banda se daba a conocer como Santandreu Jr. Jazz Band, un nombre que cambiaría un año más tarde, al repetir concierto la formación en el mismo espacio del festival consagrado a los músicos noveles y a las escuelas.
En aquel debut participaron nueve músicos, presentándose ante la audiencia sin partituras e interpretando piezas de clásicos como Duke Ellington o Count Basie. Desde entonces, y sin perder las señas de identidad de sus inicios, el conjunto ha ido creciendo considerablemente, llegando a tener seis discos en su haber, y un documental sobre su historia, entre otros hitos.
En 2010, fecha de su tercera actuación dentro del festival, ya eran veinte los músicos que participaban en la formación, aunque se quedaban aún lejos de los veintiséis miembros actuales de la big band. Hasta la fecha, han pasado más de medio centenar de músicos por la formación, y Joan Chamorro apenas puede atender a las nuevas solicitudes de ingreso que le llegan.
El secreto del éxito de esta formación, a caballo entre el trabajo de directo y la formación académica estriba, según su director y fundador, en que “trabajamos de una manera que no se estila. La gente quiere libros y una estructura tradicional, pero nosotros trabajamos escuchando mucha música. Los instrumentos se aprenden imitando; desde muy pequeños el sonido es prestado, pero a los 12 o 13 años, los chicos son ya capaces de interpretar con un sonido jazzístico muy auténtico. Obviamente, cuando tienen 16 o 17 años están muy preparados para entrar en un superior.”
Filosofía de vida
El director de la big band admite que aplica su filosofía de vida en el trabajo del conjunto, “siempre digo que es más importante el camino que la meta, más allá de la proyección de futuro.” Añade que “puede parecer grandilocuente o megalómano, pero pienso que el mundo necesita cosas así. Se deben trabajar los valores, el compartir”, dice. Por eso en la big band una intérprete que es ya prácticamente una estrella, como Andrea Motis, puede actuar sin reparos en la retaguardia acompañando a sus compañeros de formación.
Chamorro valora además muy positivamente el hecho de haber podido “acercar el jazz a gente muy joven”, desprendiendo al género de su reputación de música para intelectuales o para gente snob. “Hemos querido demostrar que es todo lo contrario. Sus orígenes están en América pero es una música universal, y si la ponemos al alcance de la gente, acaban amando esta música.” Chamorro insiste en que “hemos invertido muchísimo para poner esta música al alcance de la gente, con un trabajo discográfico y audiovisual importante”, cuenta. En youtube, por ejemplo, se pueden encontrar un buen número de vídeos con sus actuaciones; “eso nos da muy buenos resultados”, admite.
La Sant Andreu Jazz Band presentó el sábado en la Plaça Vella “Jazzing 6”, un trabajo grabado en cinco espacios distintos (entre ellos el Palau de la Música o las fiestas de la Mercè de Barcelona), mezclado por el egarense Josep Roig y editado por su sello Temps Record. Chamorro acude a Roig con frecuencia, es su productor y técnico de cabecera: “Tengo plena confianza en él”, admite.
El disco incluye un total de 28 temas en los que, como suele ser habitual, se alternan un buen número de solistas, entre los que encontramos a nueve féminas cantantes de nivel. La big band mantiene a sus integrantes, como máximo, hasta los 21 años.