En Catalunya hay 173.000 jóvenes parados, lo que significa un 26% del total de la población sin empleo. Es decir, uno de cada cuatro personas sin trabajo en esta comunidad corresponde a un joven (con datos de finales de 2015). Esa tasa supone diez puntos más que la media catalana, según un informe presentado ayer por el sindicato CCOO. Si bien es cierto que desde 2012 el paro entre los jóvenes se ha reducido en 97.465 personas, la tasa de desempleo juvenil, a pesar de que se ha reducido, se mantiene en un elevado 28,3% para los menores de 30 años, superando con creces la tasa de desempleo global en 10,6 puntos porcentuales.
La caída del paro se explica, sólo, por la reducción drástica de la población activa juvenil. En total, 105.927 jóvenes han dejado de constar como activos en estos años de legislatura, una reducción del 14,8%, mucho más significativa que la reducción del total catalán que ha sido sólo del 3%.
No es menor que un 36,1% de jóvenes sin trabajo lleven más de un año en el paro y que un 21,1% del total sufra paro de muy larga duración. Estas cifras se traducen en 43.805 y 25.648 jóvenes desempleados, respectivamente.
En Catalunya hay 438.200 jóvenes con trabajo que sólo representa el 14% respecto del total catalán. Esto se traduce en una tasa de empleo juvenil muy baja, del 43%, mientras que la del conjunto de Catalunya es del 51,1%.
Planes fallidos
Desde 2012 hay 8.462 jóvenes ocupados menos, lo que muestra que las medidas o planes de choque para el empleo juvenil no han contribuido a revertir la dramática situación de los y las jóvenes del país. Esta cifra es preocupante si se tiene en cuenta que ya que en 2012 los niveles de empleo juvenil eran muy bajos por los efectos de la crisis que estalló a mediados de 2008.
Durante este periodo muchos y muchas jóvenes ya habían sido expulsados del mercado de trabajo, de modo que si en 2015 se sigue perdiendo empleo juvenil, la situación es doblemente grave.
A pesar de la destrucción de empleo juvenil, el empleo temporal ha aumentado de manera considerable, alcanzando una tasa del 46,2%. "Si tenemos en cuenta que la tasa de temporalidad del conjunto de la población trabajadora es del 20,3%, se constata que el colectivo de jóvenes sufre con mucha más intensidad este fenómeno y que asume trabajos inestables en mayor medida", dice el informe.
A lo largo de esta última legislatura, el empleo juvenil que se ha destruido ha sido la de tipo indefinido, la más estable y con garantías. En concreto, 30.126 jóvenes que tenían trabajo estable han sido expulsados del mercado de trabajo. Por tanto, a pesar de dejar un saldo negativo en empleo juvenil, lo preocupante es que se "expulsa a jóvenes con empleos estables y se acoge con trabajos precarios, por lo que se intensifica la temporalidad entre este colectivo". Del empleo temporal existen, hay que destacar el incremento del peso de jóvenes que trabajan bajo un contrato de aprendizaje, formación o prácticas (paso de un 5,1% a un 9,3% del total) y bajo un contrato que cubre un período de prueba (de un 1% al 3,8%). Por el contrario, se reduce el peso de jóvenes con contratos estacionales o de temporada (de un 5,6% a un 3,1%). Además, la escasa duración de los contratos temporales es también una muestra de precariedad entre los y las jóvenes.
LA CIFRA
173 mil. Es el número de jóvenes sin empleo registrados en Catalunya.