Fue la última de las propuestas de la sesión, pero también la que puede desatar más polémica. El Ayuntamiento de Terrassa reunido ayer en pleno decidió retirar cualquier símbolo que enaltezca la monarquía borbónica de las dependencias municipales. Y la postura vale también para el busto del rey Felipe VI que preside la sala de sesiones municipal. De hecho, el Ayuntamiento ya ha retirado este mediodía la efigie del monarca, que ocupaba uno de los rincones del solemne espacio desde noviembre de 2014.
La moción fue presentada de una forma conjunta por los grupos de ERC y la CUP. La propuesta encontró la complicidad de los seis concejales de Terrassa en Comú, que votó en bloque con el resto de la oposición de izquierdas, así como del grupo de CiU, integrado en el gobierno local. En contra se pronunciaron PP y C’s, mientras que la otra formación del bipartito, el PSC, se abstuvo en el punto concreto de retirar los símbolos.
Del resto de la sesión plenaria, destaca la ratificación definitiva de la compra de 15 nuevos autobuses urbanos para renovar la flota de Tmesa. Finalmente, seis de los vehículos serán híbridos tras el acuerdo al que el ejecutivo local llegó con C’s. En este sentido, no prosperó la enmienda de TeC, ERC y la CUP, que apostaban por que el número de autobuses híbridos fuera superior, de hasta diez.
En el pleno de ayer también sobresalió el debate que se produjo en torno al modelo comercial de la ciudad. Se aprobaron dos propuestas en esta línea. Una que pedía, a instancias de PSC y CIU, solicitar a la Generalitat que los entes locales tengan más herramientas para gestionar mejor la eventual llegada de nuevas grandes superficies a los municipios. Y otra moción presentada por Terrassa en Comú que pedía reactivar el comercio de proximidad en los barrios mediante la creación de una bolsa de locales que ponga en contacto a propietarios y a personas que tengan una iniciativa empresarial.
El pleno también aprobó una moción del PSC de apoyo a la escuela pública; una de Ciutadans (respaldada por el equipo de gobierno) para elaborar un plan de futuro económico y social para la Sociedad Municipal de Comunicación, y otra propuesta impulsada por CUP y la TEC para impulsar formas alternativas a la compra-venta de viviendas, como la copropiedad o la “masoveria” urbana.