La banca española tendrá que hacer frente a un hipotético escenario en el que el PIB avance este año un 0,6 %, entre en recesión en 2017 con una caída del 0,8 %, y apenas crezca en 2018, cuando subiría un 0,2 %, mientras la tasa de paro se situará en los tres ejercicios por encima del 21 %.
Además, el coste de financiación de la economía española se dispararía y el interés medio de la deuda a diez años rondaría el 3 % este año y los dos próximos, muy lejos en cualquier caso de los máximos por encima del 7,6 % que alcanzó a finales de 2012.
Éstas son las hipótesis que sirven de partida para que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) mida los niveles de capital y la solvencia de los bancos españoles en los próximos test de estrés del sector europeo.