Lo han cazado por unos atracos, no menos de siete, en Rubí y Sant Cugat del Vallès. Y han podido acusarle de otro robo con violencia e intimidación, el cometido el viernes 5 de febrero en una tienda de telefonía de la Rambla d’Ègara y que acabó con la dependienta apuñalada. El presunto autor de ese asalto ya está entre rejas tras ser detenido por los Mossos d’Esquadra.
La víctima del atraco, la dependienta herida, fue agredida al mediodía, a eso de la 1.30, cuando se disponía a cerrar el comercio para ir a comer. Se había puesto ya la chaqueta de piel. Atendió a dos clientes, pero entró otro, solo, un individuo magro, rubio, que inspeccionó primero un muestrario de móviles para luego, llegado su turno, cuando la chica estaba sola, acercarse al mostrador. Destilaba nervios, muchos.
Dijo a la empleada que quería un móvil. “Este”, señaló. La joven le informó de que aquel, en concreto, no estaba disponible de momento, pero lo estaría días después. Preguntó entonces él algo acerca de un teléfono de contrato y de la domiciliación de un recibo, y se aproximó más hacia la caja registradora, hasta que dio rienda suelta a sus intenciones aviesas. Sacó una navaja para amedrentar a la víctima y reaccionó con furia cuando ella le dijo que no tenía dinero, que allí no había botín. Poca liquidez, en metálico, se puede encontrar en establecimientos de telefonía.
El malhechor intentó abrir la puerta del almacén, para ver de qué podía posesionarse allí, y la muchacha quiso aprovechar ese momento para escapar por el espacio que vio entre el mostrador y esa otra dependencia. Al ver la tentativa de evasión, el tipo se enfureció, y la emprendió a navajazos, soltando uno, otro, otro, cuatro o cinco, y ella se defendió con bravura, acorralada como estaba, asestando patadas al fiero agresor. A él se le cayó la navaja al suelo. La recuperó y se largó sin nada, sin dinero, sin botín. “Me voy, pero si sales te mato”, espetó a la víctima.
Y escapó, Rambla abajo. La chica, cuando recobró el aliento, vio que la chaqueta estaba estragada, desgarrada por las puñaladas. Pero una de ellas le había alcanzado en el muslo derecho, ocasionándole una herida no muy profunda.
investigación paralela
La agredida llamó al 112. Llegaron dotaciones de los Mossos d’Esquadra, que hablaron con la joven y buscaron más testigos.
En paralelo, agentes de la comisaría de Rubí llevaban a cabo investigaciones para dar con el autor de una oleada de atracos perpetrada en comercios de esa población y de Sant Cugat del Vallès. La sucesión de robos se había iniciado a finales del 2015. Seis asaltos, casi todos de igual factura: un delincuente irrumpía solo en los establecimientos, esgrimiendo casi siempre un arma blanca (a veces, un arma de fuego), y exigía el dinero de la caja, y se daba a la fuga en un coche que le esperaba en las inmediaciones.
Los investigadores rastrearon imágenes de cámaras de seguridad, examen que cotejaron con las declaraciones de testigos, y acabaron identificando a un sospechoso, un rubinense de 35 años que tenía pendientes varias órdenes judiciales de busca y captura.
El 6 de febrero, veinticuatro horas después del vesánico atraco con agresión en Terrassa, hubo otro asalto en una farmacia de Sant Cugat. Un delincuente enarboló un cuchillo y robó 350 euros.
Huyó en un vehículo, pero un testimonio anotó datos del coche, incluido el número de matrícula, y se los facilitó a los mossos. Fue la pista determinante. Los investigadores encontraron el automóvil, tiraron del hilo de las pesquisas y localizaron al sospechoso y a un compinche, el que supuestamente le daba cobertura en las huidas. En el coche hallaron un cuchillo, un pasamontañas y dos guantes. Los dos sujetos fueron detenidos. Uno, el acusado de ser autor material de los atracos, es español, de Rubí, y tiene 35 años. El otro, el conductor del coche, es vecino de Sant Esteve de Sesrovires, también de nacionalidad española, y cuenta 49 años; fue imputado como colaborador necesario en los robos con violencia e intimidación.
conclusión
Tras el arresto y el intercambio de información entre los mossos de Terrassa y los de Rubí, los policías que investigaban el violento atraco en la tienda de la Rambla d’Ègara llegaron a la conclusión de que el acusado de los siete asaltos de Rubí y Sant Cugat era el mismo tipo que había cometido el robo en el comercio de telefonía.
La testigo, al parecer, lo reconoció. El dúo de arrestados pasó a disposición judicial y el 10 de febrero el sospechoso de ejecutar los atracos entró en prisión. El otro imputado salió en libertad con cargos.