No hace muchas semanas hablábamos de la posibilidad de que el asunto de la gestión del agua acabase en los tribunales: el primer asalto está a punto de empezar con la interposición por parte de Mina de un procedimiento contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento. En este caso Mina considera a Joan Gaya, comisionado del agua, como impulsor del expediente administrativo para la liquidación de la concesión, labor para la que no está formalmente cualificado, y no como un mero asesor del alcalde. Los jueces decidirán sobre ello.
La liquidación de la concesión servicio de suministro de agua en Terrassa un proceso largo y no pacífico, como estamos empezando a comprobar y su judicialización parece inevitable. El contencioso administrativo que Mina presentará antes del próximo lunes es sólo la antesala de lo que se presume un largo periplo judicial en función de cómo se desarrollen los acontecimientos. Mina también discrepa sobre la titularidad del servicio por lo que no sería de extrañar que ese fuese otro motivo de controversia judicial, pero el que se antoja más complejo es el de la valoración de la liquidación de la concesión. el comisionado del agua valoró en torno a los dos millones de euros “en el peor de los escenarios” el dinero con el que el Ayuntamiento debería “indemnizar” a Mina en caso de que decidiese municipalizar el servicio. La empresa terrassense no va a estar de acuerdo ya que esas no son las cifras que barajan sus servicios jurídicos, por lo que se intuye en este ámbito que serán los jueces los que tendrán que decidir.
Hasta tal punto se presume una batalla judicial por el agua de la ciudad que el comisionado ha solicitado al equipo de gobierno no sólo un refuerzo de personal para analizar todo el proceso de liquidación de la concesión, sino la contratación de una asesoría jurídica externa.
La solicitud, que no parece descabellada ni mucho menos dada la complejidad del asunto, alimenta la idea de que el Ayuntamiento va tarde no sólo en el estudio jurídico de la situación (Mina lleva ventaja en eso), sino en las acciones que se deben llevar a cabo y en las decisiones que se deben tomar. La idea de la prórroga, al igual que ha ocurrido con la concesión del servicio de autobuses va tomando forma día a día.
Lo el referéndum todavía es terreno ignoto. Es probable que ya se piense en que la prórroga es inevitable y por lo tanto, no hay prisa. Y eso que se anunció para noviembre de 2015.