El economista José Moisés Martín Carretero está convencido de que tener al 35 % de los menores viviendo en situación de pobreza o exclusión social es un grave riesgo económico y social, ya que se trata “de una hipoteca con el futuro demasiado pesada, mucho más que la deuda pública”.
En una entrevista con Efe, este experto ha urgido a hacer frente a este “lastre”, que de no ser atajado “será pagado por toda una generación”, al tiempo de que ha advertido de que éste no es el único punto en el que cree que el sistema de protección social español se queda corto.
Con la vista puesta en el largo plazo, Martín desarrolla en su libro “España 2030: Gobernar el futuro” (Editorial Deusto) un proyecto de país, basado en la cohesión social, la creatividad y la formación del capital humano, la innovación y la lucha contra el cambio climático, y liderado por un sector público renovado.
El punto de partida lo sitúa en que España “está perdiendo pie en su camino de modernización y progreso económico”, y a lo largo de 14 capítulos describe cómo sentar las bases para un crecimiento sostenible y solidario, convencido de que “no existen soluciones mágicas, ni recetas precocinadas”.
Para el autor, la responsabilidad de liderar esta transformación recae sobre la generación de los nacidos en la década de los 70, ya que es la última que recuerda cómo era el mundo antes de internet, el mayor grupo de población en términos demográficos, que ha alcanzado su madurez profesional y política.
“Vivimos en un momento que nos hace pensar en el próximo dato del CIS”, dice Martín, quien insiste en que el reto de la generación que está llamada a gobernar el país es mirar a largo plazo, lo que requiere un cambio cultural que dependerá de la capacidad que tengan de trascender a este momento de “desorientación”.
Entre los principales desafíos a abordar, se encuentran una reforma en profundidad de los núcleos clave de la Administración o centrar la protección social en las etapas tempranas de la vida como arma para combatir la desigualdad.
Además, cree que con un mercado laboral cada vez más dinámico, pero que tiende a la fragmentación y la precarización, no conviene “atrincherarse en un sistema de bienestar que cada vez protege a menos gente”, que “se está empequeñeciendo” y que está pensado para un modelo de producción donde la gente tenía contratos fijos.
En materia de empleo, cree que en el contexto político actual hay elementos comunes en los programas de los partidos para formar un eje vertebrador de un proyecto de país, donde los principales asuntos a tratar son la cualificación, el desempleo de larga duración y la innovación.
No obstante, advierte de que para que esto se materialice “tienen que dejar de pensar en las próximas elecciones”.
Para implementar ese proyecto de país, el autor apuesta por hacer uso de la creatividad, una capacidad que ve desaprovechada en el ámbito económico y que considera determinante para avanzar hacia una economía más innovadora y sostenible.
Reconoce que este plan requiere mucha financiación, que vendría de movilizar recursos, negociar unos márgenes más amplios para el ajuste fiscal con la UE y “resistir, todo lo que se pueda, la tentación permanente de bajar los impuestos” cada vez que la economía mejore, para invertir ese capital extra en el futuro del país.
“No sería la primera vez que España retrasa su objetivo de déficit, Mariano Rajoy ya lo retrasó en 2012”, asevera.
Al pensar en el devenir del país, no se olvida del papel de España en la UE y pide que haga valer su peso como cuarta economía de la eurozona desde la proactividad, dejando de ir a Bruselas a “ver lo que toca en el reparto” y sin hacer ninguna aportación relevante al proceso de construcción europeo.