Opinió

Control

Una concejal terrassense, Anna Rius, elegida en las listas de Terrassa en Comú, fue retenida interrogada y cacheada por miembros de la seguridad israelí en el aeropuerto de El Prat, en presencia de un miembro de la Guardia Civil española. El incidente se une a la reciente expulsión de Israel de la monja Teresa Forcades, con la que precisamente coincidió la concejal terrassense en el vuelo de vuelta desde Israel después de que a la activista religiosa le fuese denegada su entrada en territorio israelí por considerarla peligrosa para la seguridad del país.

A Anna Rius se le permitió viajar, pero asegura que fue estrechamente vigilada. El hecho de haber estado ya anteriormente en Israel y de pertenecer a un proyecto de cooperación con mujeres palestinas la han hecho sospechosa, parece ser que de llevar una bomba, aunque pudieron comprobar que no llevaba ni ella ni su equipaje material peligroso. Teresa Forcades lo fue por su fugaz participación en una nueva “flota de la libertad” para llevar material humanitario a Gaza, circunstancia que hacen a la monja peligrosa para la seguridad israelí.

Cada país es libre, como no podía ser de otra forma, de establecer los controles de entrada en su territorio que considere convenientes, que en este caso resultan sospechosos de ser más disuasorios que de seguridad. Los controles que se realizan en el aeropuerto de Tel Aviv son conocidos por quienes viajan o han viajado a aquel país. A los pasajeros, en función de interrogatorios y circunstancias personales, se les otorga un número del 1 al 6; cuanto mayor es el número más riguroso es el control al que se somete a los viajeros para entrar en el país. Las esperas pueden ser largas y engorrosas.

No obstante, esos controles forman parte de los protocolos de seguridad de Israel y al margen de la opinión que nos puedan merecer, son legítimos, lo que resulta más llamativo es que esos controles se trasladen a otros países, como en este caso a España y a las instalaciones de aeropuertos españoles. También resulta sorprendente que deban llevarlos a cabo miembros de las fuerzas de seguridad de Israelí no los de aquí. Es por ello que parece interesante e incluso pertinente la pregunta que los representantes de Catalunya sí que es pot realizarán en el Parlament sobre esta cuestión. Es bueno saber hasta dónde llega la colaboración internacional en este sentido.

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