Quizás no eran ladrones avezados, como otros, en el escalo a mano y pie, en trepar por tuberías sin más auxilio que las extremidades. Y quizás por eso no tuvieron empacho en coger una escalera, apoyarla en la fachada y ascender hasta el balcón de una primera planta para robar una bicicleta. Perpetraron el robo el miércoles, de madrugada, en un inmueble de la calle de Salmerón.
El allanamiento fue descubierto por unos agentes de la Policía Municipal que patrullaban por la calle de Salmerón a las 3.55 de la madrugada. Vieron los guardias una escalera de madera recostada en una pared y, como no podía ser de otra manera, pararon el vehículo.
Las víctimas dormían
Aquello no era normal. Observaron la escalera, miraron la fachada e informaron de su hallazgo a la central policial. Y desde la Jefatura se llevaron a cabo gestiones en el padrón municipal para averiguar quién residía en el piso que estaba más próximo al extremo superior de la escalera.
La policía acabó contactando con los moradores de la vivienda, que, como es lo propio a esas horas, estaban durmiendo, y les hizo constar el raro descubrimiento.
Un agente pidió a esos vecinos de la calle de Salmerón que saliesen al balcón y lo inspeccionasen, por si echaban algo en falta. Y así lo hicieron. En una somera revisión no tardaron en saber que alguien les había robado la bici de montaña, valorada en más de mil euros.
La escalera de madera, de dos tramos, fue intervenida por la policía y trasladada a dependencias de la Jefatura local de la avenida de Les Glòries Catalanes.
