En el pleno municipal de julio, la concejal de la CUP, Maria Sirvent, pidió el fin del Grupo de Intervención de la Policía Local por "su clara función de represión política de grupo antidisturbios". A raíz de su intervención, quince agentes se querellaron contra la electa por "injurias y calumnias". Mañana, los juzgados de Terrassa acogerán el acto de conciliación entre las partes. Sirvent defiende que el derecho a la libertad de expresión debe prevalecer.
El alcalde Ballart confiaba el sábado pasado en que la CUP y los agentes pudieran sentarse a hablar antes de la conciliación. ¿Por qué no ha sido por ahora posible?
Nunca hemos tenido un sentimiento contrario a hablar con todo el mundo. Solo decimos que si alguien quiere reunirse con nosotros, como lo hacen las asociaciones de vecinos u otros colectivos de la ciudad, solo nos lo tiene que pedir. En cuanto a la postura del alcalde, desde la CUP hemos descartado una mediación, entre otros motivos, porque él es el último responsable de la Policía Municipal, así que es parte en el asunto, y no concebimos por tanto que pueda mediar.
¿Cómo vio que Ballart pidiera a los agentes que retirasen la querella?
Fue un gesto que valoramos, claro. Nosotros entendemos que en el pleno municipal celebrado en julio, desde la CUP ejercimos nuestra acción política. Si a alguien no le pareció bien mi intervención, podía haber venido a hablar con nosotros. Pero lo primero que nos encontramos fue una querella, una judicialización del tema.
Por cierto, ¿cómo la recibió usted?
Como una respuesta a una acción política que no gustó. Por tanto, como una amenaza directa a la libertad de expresión. De todos modos, nuestra intención nunca ha sido generalizar la crítica a todo el colectivo de la policía. Eso sí, en la CUP planteamos un cambio en el modelo policial para que responda a las necesidades de las personas, los barrios y ofrezca los recursos para que la policía sea preventiva, más que reactiva.
Ya que parece que el acto de conciliación de mañana es inevitable, ¿de qué manera lo afronta?
Iremos a la conciliación y veremos qué se pone sobre la mesa.
¿Habrá alguna rectificación de las palabras que expresó en el pleno, tal y como piden los agentes?
En los términos planteados en la querella, no. Y de otro modo, tampoco. Primero, porque no está planteado y, aparte, no hemos de retractarnos de nada de lo que dijimos en el pleno. Además, cuando yo intervengo siempre lo hago en un tono respetuoso. Tan solo desarrollamos nuestra libertad de expresión en el marco de la acción política que una concejal debe poder llevar a cabo sin coacción.
¿Por qué hace falta disolver el llamado Grupo de Intervención?
Igual que ha pasado en otras ciudades, como Badalona o Sabadell, la existencia de estos grupos en Terrassa carece de fundamento. No tienen las atribuciones para llevar a cabo las funciones que hacen y que, además, están revestidas de opacidad. En Sabadell y Badalona se han revisado sus actuaciones y se ha visto que han sido realmente acciones de represión política y condena de las desigualdades, de estigmatización de la pobreza.
Puede haber quien piense que en este conflicto con la policía la CUP se siente especialmente cómoda.
Es un enfrentamiento que ni mucho menos hemos querido provocar. Yo fui la primera sorprendida al recibir la querella. Al fin y al cabo, solo trasladamos a la institución aquello que los movimientos sociales ya hacían muchos años que reivindicaban respecto al Grupo de Intervención. La prueba es el apoyo que hemos recibido de la FAVT, la A VV del Segle XX, la SAT y de tantos otros colectivos. Nosotros tan solo trasladamos al pleno aquello que ya se pedía en la calle.
¿Cómo vive, a nivel personal, haberse prácticamente estrenado en el pleno con una querella?
Lo viviría peor si no tuviera tanta solidaridad a mi alrededor y en torno a la CUP. Pero evidentemente no me gusta. No es agradable encontrarte con una querella.