Opinió

Pactad, condenados, pactad

El pasado día 5 escribía, en esta misma sección, un artículo que titulaba "Condenados a pactar"; viendo cómo llevan las conversaciones los distintos partidos que podrían formar una coalición que superase los dos tercios del arco parlamentario, no he resistido la tentación de incidir en el tema, pero con un ligero cambio en su enunciado. Saben que estamos al borde del precipicio, más bien en situación de emergencia nacional, que hay problemas graves que no pueden ni deben ser motivo de nuevas leyes cada legislatura y que, siendo constitucionalistas, sólo juntos pueden intentar una solución legal al problema de Catalunya que evite el drama que la actual solución va a provocar aquí y allá, pero saben, además, que la mayoría del electorado valoraría positivamente que se pusieran manos a la obra con todo ello, incluido un pacto riguroso contra la corrupción política y judicial, igual que deben intuir que ir a unas nuevas elecciones no es sólo incrementar y alargar la incertidumbre, sino que lograran que ninguno de ellos salga mejor parado de lo que hoy anda.

¿Pueden quienes en esas condiciones son incapaces de ceder un ápice de sus aspiraciones de poder seguirnos diciendo que están al servicio del pueblo?

Los argumentos más banales, unidos a sus insaciables ansias de poder, les ciegan de tal forma que no puedo por menos que decirles a quienes sigan en su obstinación muchos días, sin tener en cuenta el da- ño que provocan, ¡que pueden irse al infierno!

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