El Terrassa FC estrena mañana en Peralada nuevo entrenador. Se trata de José Luis Duque, hasta ahora técnico del Terrassa "B" y el relevo elegido por el club para sustituir en el banquillo a David Pirri. A él se le ha encargado el reto de situar al equipo en zona de promoción. Y parece haber aceptado la apuesta.
¿Está impaciente ante su debut en el banquillo?
Expectante diría yo. Es raro que durante el día no se me pase por la cabeza el momento que estamos viviendo y piense en el domingo.
¿Está nervioso, tenso?
No, pero no le voy a negar que tengo ganas de que llegue el partido, verme dentro y llegar a las siete de la tarde habiendo ganado.
Usted dijo en su presentación que entrenar en Tercera y a un equipo como el Terrassa era un sueño hecho realidad.
Hace cuatro años esto era inimaginable para mí. Llegar a Tercera División no es sencillo y muchos técnicos con buenas condiciones no lo consiguen nunca. Y hacerlo en un club tan importante como el Terrassa es magnífico.
¿Se siente preparado para liderar esta etapa?
Lo que sé es que mi trabajo no va a fallar. A partir de ahí tendrá que entrar el balón. Hemos estudiado para estar preparados cuando nos llegase la oportunidad de estar aquí, queríamos llegar, pero sabemos que si el balón no entra estás condenado.
¿Supone un inconveniente llegar a un banquillo a media temporada y asumir un proyecto que no es el suyo?
No lo veo así. Mi ilusión y la de todo mi equipo nos va a permitir sobreponernos a esos inconvenientes. Tenenos la fortuna de disponer de una plantilla muy cualificada, jugadores muy buenos en el aspecto técnico. Además, el vestuario está muy unido y eso nos va a ayudar. Nosotros queremos introducir nuestras ideas y estamos seguros de que entre todos vamos a conseguir el objetivo que nos hemos propuesto.
¿Cuando le notificaron que era usted el elegido para sustituir a Pirri?
El lunes por la mañana me llamó el vicepresidente, Ildefons Doblas, Me explicó que el consejo había decidido apostar por nosotros. Le dije que sí de inmediato.
No se lo pensó mucho, por tanto.
Nuestra pasión es el fútbol. No vivimos de él, pero estamos entregados al fútbol. E intentamos transmitir esa pasión al vestuario. Si conseguimos hacerlo es cuando vamos todos en la misma dirección.
¿Qué pensó cuando le llamó el vicepresidente?
Que había llegado mi momento. Yo siempre le decía a mi ayudante, Juqui, y al entrenador de porteros, Miguel Ángel, que tenía el carnet para conducir un trailer pero que siempre íbamos a conducir furgonetas. Ellos me decían que algún día llegaría el momento de llevar el trailer. Pues bien, es ahora.
Ha tenido tres días para preparar su estreno. ¿Qué Terrassa vamos a ver en Peralada?
Lo que vamos a intentar inculcar es que hay que ir a por los partidos. Hay que mantener un equilibrio y eso quiere decir que cuando tengamos el balón hay que tener en la cabeza llevarlo a la portería contraria. Y evitar riesgos innecesarios, teniendo mucha confianza de medio campo hacia arriba. No hay que marear demasiado la perdiz, sino buscar el camino más eficaz hacia la portería contraria.
¿Y en defensa?
Ahí hay que ser fuertes. Uno de nuestros objetivos es no encajar más de dos goles en las próximas cinco jornadas. Si lo hacemos, estaremos entre los cuatro primeros. Al final los equipos que están arriba son los que menos goles encajan.
El Terrassa también buscaba la portería contraria hasta ahora.
Hay diferentes caminos para hacerlo. No podemos decirle al central que siempre tire el balón arriba, también hay otras opciones. Es preciso generar automatismo para hacer frente a todas las situaciones, tanto de juego directo como de juego combinado. El juego directo no es dar pelotazos, es una jugada, un movimiento para poner el balón en una zona donde generemos peligro. Es un camino más rápido.
¿En su opinión existía mucho riesgo defensivo en la etapa anterior?
Pienso que sí. Creo que se producían fases innecesarias, se daba opción a que el rival presionase. Era demasiado riesgo. El riesgo hay que asumirlo en la portería contraria, no en la nuestra.
¿Va a intervenir tanto el portero en la fase constructiva con usted?
No puede ser que el portero y los centrales sean los que más toquen el balón. Hay que olvidarse de eso. Los que tienen que tocar más el balón son Boniquet, Adri Gimeno, Carles Gúell, Merchán, Óscar… Si Óscar toca muchos balones, ganaremos muchos partidos. Si los centrales tocan muchos balones es que algo no estamos haciendo bien.
¿Modificará también el dibujo táctico?
No acostumbro a jugar con un 4-3-3. Por norma utilizo un doble pivote en el centro del campo, aunque los sistemas varían después en el terreno de juego. Lo fundamental es encontrar un equilibrio y en ese propósito esos dos pivotes juegan un papel fundamental. En cuanto a los jugadores, se pueden adaptar a distintas funciones aunque igual alguno cambia. A mí, por ejemplo, Boniquet me gusta mucho en banda.
Uno de los grandes debates con que se va a encontrar usted será el relativo a los estilos. El de fútbol combinativo de Pirri con el de fútbol directo de Duque.
Lo que no puedo hacer es tirar piedras a mi tejado y decirle, por ejemplo, a Boniquet que me trabaje todos los balones aéreos. Lo que quiero es que reciba el balón en buenas condiciones. Podemos crear un juego combinado a través de una segunda jugada, en zona de progresión. No quiero una posesión que no me sirva para ganar el partido. Si he tenido un 45 por ciento y he ganado, vamos a ir a brindar. Y si cada domingo es eso, perfecto.
Llega a un banquillo incómodo como lo demuestran infinidad de ejemplos en los últimos años.
Lo sé. Pero mire, cuando el lunes por la noche llegué a casa empecé a pensar un poco en la historia de ese banquillo. Y me acordé de nombres: Enrique Martín, Juanma Lillo, Miguel Álvarez y ahora José Luis Duque. Le diré que no tengo ningún miedo porque vengo aquí a triunfar. Yo no puedo estar pensando en la posibilidad de que me critiquen dentro de quince días. Porque he querido ser entrenador para vivir esto y es preciso convivir con ello. Compito para ser importante y para serlo tengo que ganar. Y para ganar tengo que estar en clubs importantes. Cuando entrenaba al infantil del Arrabal podía perder ocho partidos, pero cuando llegué al juvenil de la Damm no podía hacerlo. Yo quiero estar ahí, no acomodarme sino progresar. Y si estando ahí duro tres semanas, pues habré durado tres semanas.
Aquí se ha vuelto a hablar de la promoción como objetivo y usted ha asumido ese discurso. ¿Entiende que hay potencial suficiente?
Estoy convencido. Y antes de que se cierre el mercado podemos mejorar la plantilla. En todo caso, los jugadores tienen que creerse que hay potencial. No hay muchos equipos mejores que el nuestro en el aspecto técnico. Sólo hay que corregir esos 34 goles que nos han hecho. Si lo hacemos, estaremos cerca del Prat porque en ataque vamos a generar ocasiones Lo que no puede ser es acabar un partido habiendo creado dos oportunidades de gol con el equipo que tenemos. Hay que hacer seis, porque alguna la vas a meter.
Hábleme de refuerzos. ¿Qué posiciones hay que potenciar?
Todavía hay que hablar de eso. Pero creo que es preciso incorporar un delantero. Y también entiendo que vamos justos en defensa. En el centro del campo hay que ver si aparece un jugador que nos potencie. Para nuestra manera de trabajar nos iría bien un futbolista de más potencia.
¿Cómo se ha encontrado emocionalmente al vestuario?
El lunes la gente estaba afectada porque existe una gran unión, es una familia. Pero debo decirle que desde el primer entrenamiento la predisposición ha sido inmejorable. Nosotros hablamos mucho con los jugadores, tenemos mucha comunicación porque si el jugador no cree en lo mismo que nosotros es imposible que se obtengan buenos resultados.
Pero igual asusta entrar en un grupo tan unido a su anterior cuerpo técnico. ¿Teme que alguien tome la puerta de salida?
Yo vengo a trabajar. El que no trabaje está fuera de nuestra línea. Alguno puede pensar que si no está el entrenador que le trajo puede perder peso, pero lo que yo transmito es confianza en todo el mundo. Yo no echo a nadie, los acojo a todos. Confío plenamente en esta plantilla, hay que seguir siendo una familia. Nosotros tenemos que entrar en ella ofreciendo nuestro trabajo. En el fútbol, las amistades hay que tenerlas fuera del campo. Dentro hay que trabajar. Cuando entramos por la puerta lo único que vemos es el verde.