El alcalde Ballart ha tomado las riendas en el conflicto abierto por la querella de la policía a Maria Sirvent. A pocos días del acto conciliación previsto para el día 22, Ballart pide gestos a ambas partes para abrir el diálogo.
¿Por qué ha pedido a la Policía Municial que retire la querella contra la concejal Maria Sirvent?
Éste es un gesto que se enmarca en un proceso de mediación y diálogo. El papel que me corresponde hacer como alcalde es que las dos partes acaben hablando. Es cierto que en reuniones con la policía y los sindicatos encuadradas en la elaboración de la estrategia del nuevo Plan Director de la Policía Local, yo pedí a los agentes que, para rebajar la tensión, hicieran el gesto de retirar la querella. No les puedo obligar, pero facilitaría el diálogo. Este mensaje se les hizo llegar el miércoles, el día antes de la reunión con la CUP.
¿Y qué respuesta obtuvo?
La policía pedía que Maria Sirvent se retractara, que primero asumiera una rectificación. Dijeron que si este hecho no se producía, sería muy difícil que pudieran retirar la querella. Yo aún confío que antes del día 22, cuando está previsto el acto de conciliación, podamos sentarnos en una mesa. Y en relación a la CUP, no entiendo por qué le da miedo hablar en una mesa con la policía. Yo confío que hagan la reflexión y acaben accediendo a ello.
¿Entendería que la policía se sintiera molesta con usted por pedir que retire la querella cuando los agentes se han sentido agraviados por las palaras de Sirvent?
No, porque ésta es una propuesta que se hace en el marco de configurar un nuevo plan director que ha de revisar muchos aspectos del propio funcionamiento de la policía. Entonces, no sólo hablamos de la querella, sinó también de muchas otras cuestiones. Yo entiendo que la policía pueda estar dolida y, de hecho, no creo que merezca estas acusaciones.
¿Le ha llegado alguna queja de los agentes diciéndole que tal vez les podría haber respaldado más?
En algunos momentos, sí. No voy a mentir. Pero ésta es una situación muy complicada, porque hablamos de la policía, a los que yo he de defender al máximo, pero también de un cargo electo. La circunstancia de que trabajadores públicos se querellaran contra un cargo electo nunca había ocurrido.
¿Le pide a Maria Sirvent que haga un gesto antes del día 22 que permita establecer un diálogo?
Sería muy importante y facilitaría que los agentes pudiesen retirar la querella. Está claro que hay libertad de expresión y ella puede tener sus opiniones respecto al cuerpo. Pero a veces, en la forma de decir las cosas puede darse más tensión de la necesaria. Si bien es verdad que en la reunión del jueves pasado, la CUP no mostró voluntad de querer retractarse. Ellos lo ven como un ataque a su ideología
¿Poner ahora sobre la mesa el nuevo plan director es una forma de distender el ambiente?
Sí, y éste también debe ser el punto de encuentro. Queremos que no haya ninguna sombra de duda en las actuaciones de la policía. Por eso tenemos la idea de que los agentes puedan llevar cámaras en el uniforme, siempre dentro de la legalidad y la protección de datos. Ha sido una propuesta mía.
¿Por qué ha sido tan polémico el llamado Grupo de Intervenció?
Por las dudas que determinadas actuaciones han generado en ciertos colectivos. La ley de policía de Catalunya dice que los agentes municipales no pueden hacer de antidisturbios. Y el Grupo de Intervención nunca ha asumido ese rol. Ahora, integraremos esas unidades en una división mayor. Eso sí, hay que recordar que nunca ha habido una sentencia condenatoria contra ningún policía local de Terrassa.