El Terrassa FC vivió ayer una jornada apocalíptica que se llevó por delante a sus máximos responsables en la parcela técnica. David Pirri fue destituido al mediodía como entrenador de la primera plantilla y posteriormente se daba a conocer también la salida de Sergio Montero como secretario técnico. Montero, además, ha quedado desvinculado del club en todas sus funciones, dejando de ser jugador del primer equipo, del que era su capitán. José Luis Duque, hasta ahora entrenador del Terrassa "B", será quien asuma el relevo al frente de la plantilla egarense. La figura del secretario técnico desaparece y sus funciones serán asumidas por el vicepresidente deportivo, Ildefons Doblas. Pirri, en todo caso, seguirá vinculado al club como responsable del fútbol base, cargo en el que se mantiene.
El consejo de administración comunicó al técnico la decisión después de la derrota sufrida por el conjunto egarense el domingo contra el Europa por 0 a 1 y que deja al equipo a cuatro puntos de la zona de promoción de ascenso. Después de encajar el 0 a 1, se oyeron gritos en la grada pidiendo la dimisión del entrenador. El Terrassa había entrado en una mala dinámica de resultados en las últimas semanas, habiendo sumado únicamente tres puntos en cuatro partidos.
Pirri fue citado ayer al mediodía en las oficinas del club para comunicarle su destitución, decidida por el consejo de administración el domingo después del partido ante el Europa. Se entrevistó con el vicepresidente deportivo, Ildefons Doblas, que fue quien le comunicó la decisión. Jordi Cuesta, presidente del Terrassa FC, explicó que las razones de este relevo eran puramente deportivas. "Los resultados nos han conducido a esta situación. Necesitamos un revulsivo y el consejo de administración ha decidido dar este giro a la situación actual."
Distanciamiento
En todo caso, la ruptura que se produjo ayer era la crónica de una muerte anunciada. Las relaciones entre la cúpula directiva del club con David Pirri y Sergio Montero se habían ido deteriorando de forma paulatina desde que empezó la temporada. Los desencuentros habían sido numerosos desde que el presidente, Jordi Cuesta, manifestase su ambición por aspirar a la promoción de ascenso, discurso que no era compartido por el entrenador al entender que las circunstancias que rodeaban al equipo no eran las idóneas después de un proceso que condujo al club al borde de la desaparición y que penalizó la confección de la plantilla.
Las diferencias se fueron acentuando y se hicieron evidentes en los últimos tiempos por el criterio disconforme en el capítulo de fichajes. Primero fue con Fernando, futbolista de 38 años solicitado por el cuerpo técnico y cuyo fichaje no aceptó la directiva. Después el alejamiento se acentuó con la llegada de futbolistas extranjeros y más tarde con la poca disposición a acceder a los fichajes que había solicitado Pirri. Todo ello había distanciado a las dos partes hasta el punto de que la relación con el vicepresidente deportivo, Ildefons Doblas, era casi inexistente. Hasta que este lunes se ha producido la ruptura definitiva con la destitución del entrenador y del secretario técnico.
"Hace semanas que estábamos valorando la situación", explicó el presidente del Terrassa. Cuesta dijo que desde el 5 a 0 ante el Granollers esperaban una reacción. "No hemos apreciado ningún cambio. En fútbol todo se rige por los resultados. Queremos hacer la promoción y no nos ha gustado la poca ambición de los últimos partidos. Se puede perder, como pasó contra el Prat, pero contra el Europa chutamos dos veces a puerta."
Cuesta negó que la poca sintonía entre las dos partes hubiese propiciado la ruptura. "Como en todos los matrimonios hay diferencias. Pero ha sido una decisión deportiva. Yo no diría que no hayamos conectado. A Pirri hemos intendado darle todo lo que nos ha pedido. El presupuesto, al final, es igual o superior al del año pasado con las últimas incorporaciones. La única discrepancia fue por un jugador de 38 años que nos pidió y con el que no estábamos de acuerdo."
Ni David Pirri ni Sergio Montero quisieron hacer ayer valoraciones públicas sobre lo ocurrido. Pirri incluso acudió por la tarde a trabajar con las categorías inferiores como responsable del fútbol base. Seguramente mantendrán su silencio hasta que se produzca un acuerdo económico sobre su salida.
Los jugadores, disconformes
En la plantilla la noticia cayó también como una bomba. Por inesperada y por discutida. Los jugadores, en su mayoría, estaban con Pirri, comulgaban con sus ideas y confiaban en su trabajo. Por la tarde, antes del entrenamiento, algunos pesos pesados del vestuario mantuvieron un encuentro informal y no era descartable que hiciesen llegar su disconformidad al presidente. "Es más fácil echar al entrenador que a todos los jugadores", señaló Cuesta. "Pero esto también es un toque de atención a la plantilla porque no vemos el rendimiento adecuado en jugadores en los que se ha invertido de forma importante. En todo caso, quien no esté a gusto tiene la puerta abierta." En ese capítulo, se le preguntó si Víctor Merchán, recién fichado por petición expresa del técnico, no podía sentirse incómodo en el nuevo escenario. "Estamos encantados con él y queremos que esté cómodo. Quien lo ficha es el club." Cuesta admitió que las protestas del público este domingo influyeron en la decisión. "Todo influye, aunque no fue lo decisivo."
Sobre la elección de José Luis Duque como entrenador, dijo que estaba basada en la confianza existente en el técnico del filial. "Es una persona de la casa y confiamos mucho en él. Sabemos que su estilo de juego es muy distinto, más directo, pero el objetivo es ganar partidos y disputar la promoción".