Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) estiman que la bajada de las retenciones sobre el IRPF que entra en vigor este mes de enero, y que supone una nueva rebaja de hasta un 3% en las retenciones de las nóminas, apenas se traducirá en un ahorro de 78,11 euros anuales de media para el conjunto de los contribuyentes. Esta nueva reducción del IRPF es la última fase de la reforma llevada a cabo por el anterior Gobierno después de que el pasado mes de julio se adelantara el grueso de la rebaja programada para este año. Estas nuevas medidas costarán a las arcas públicas 1.500 millones de euros comprometiendo el objetivo de déficit público fijado para España, que era del 4,2% del PIB para 2015 y del 2,8% en 2016, tal y como confirmó recientemente la Comisión Europea.
La nueva tarifa, que se aplicará a la base liquidable general, reduce tanto el número de tramos -de siete a cinco- como los tipos marginales, y vuelve a poner de manifiesto la desigualdad del sistema tributario español, ya que perjudica la progresividad del IRPF al beneficiar más a las rentas más altas, independientemente de su situación familiar. De hecho, el ahorro fiscal aumenta paradójicamente a medida que lo hace el nivel de ingresos. Es el caso de los contribuyentes que obtienen hasta 30.000 euros y que con la nueva medida conseguirán un ahorro del 1,63% frente al 1,82% que lograrán aquellos que ingresan hasta 40.000 euros, unas cinco veces menos que el ahorro que logra el que gana un millón.
Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, “la rebaja fiscal tiene un alcance muy desigual, ya que permitirá un mayor ahorro cuanto mayor sean también los ingresos. Asimismo, empeora la equidad y progresividad proclamadas en el artículo 31.1 de la Constitución”.
0,6% de las rentas
En cuanto a la reducción de los tipos impositivos de la base del ahorro, según los cálculos de Gestha, los grandes beneficiarios de la rebaja son también los grandes patrimonios. En concreto, hablamos de aquellos declarantes que ingresan más de 150.000 euros y cuyas rentas del ahorro se sitúan en una media entre los 57.412 y los 674.090 euros. En este sentido, la nueva reforma provoca que apenas un 0,6% de las personas que declaran rentas del capital concentren el 42,8% del ahorro global que lograrán los contribuyentes.
Por otra parte, la nueva tarifa reduce el tipo más bajo de tributación en dos puntos, pasando del 21% al 19%; el intermedio en cuatro puntos, del 25% al 21%; y el alto en otros cuatro puntos, del 33% al 27%. Además, en el caso del tipo intermedio el importe máximo para su aplicación se eleva hasta 50.000 euros, frente a los 24.000 euros anteriores, mientras que el mínimo se mantiene en 6.000 euros.
Los Técnicos de Hacienda denuncian que el tipo real del IRPF es el mismo para un contribuyente que gana 600.000 euros anuales por rentas de capital que para un ciudadano que ingresa 26.000 euros por su trabajo o su actividad empresarial, lo que favorece a las rentas más elevadas que contribuyen menos y perjudica a los contribuyentes medios que soportan más carga fiscal.