Un desfibrilador semiautomático instalado en el campo de fútbol municipal de Sant Cugat fue determinante para salvar la vida de un joven de 16 años que perdió el conocimiento durante un encuentro amistoso, lejos de donde se jugaba la pelota. Los hechos ocurrieron el domingo, cuando se estaba disputando un partido amistoso en categoría juvenil entre el Sant Cugat Esport y la Damm. En un momento dado, el joven, perteneciente a la Damm, cayó al suelo sin conocimiento, lo que provocó que el médico de su equipo y otras personas que estaban allí lo atendiesen, sin que respondiera a los estímulos.
Por ese motivo, optaron por utilizar el desfibrilador semiautomático que hay en el equipamiento deportivo. El aparato detectó que el corazón del jugador podía presentar una fibrilación ventricular, por lo que le aplicó una descarga eléctrica.
A partir de la descarga, el futbolista respondió positivamente y al llegar una ambulancia diez minutos más tarde se constató que el chico estaba consciente. El joven fue trasladado al Hospital Universiari Mútua Terrassa. Allí, donde permanece ingresado fuera de peligro, han determinado que el joven ha tenido un problema muy grave y que el desfibrilador le ha salvado la vida.
Ayer mismo, desde el Hospital Universitari Mútua Terrassa afirmaron que su pronóstico es "menos grave" y que su situación es "estable". Las mismas fuentes hospitalarias confirmaron que se trató de una parada cardiorespiratoria y destacaron que fue gracias al uso del defibrilador que el joven pudo salvar la vida.
Ciudad cardioprotegida
Con treinta desfibriladores repartidos por todo el municipio, Sant Cugat se convirtió recientemente en una ciudad cardioprotegida. Los aparatos se encuentran ubicados en equipamientos deportivos y culturales, casales, centros cívicos, mercados y lugares de la vía pública, intentando cubrir geográficamente y de manera estratégica la máxima superficie posible.
A estos treinta desfibriladores estáticos hay que sumar cinco más móviles que posee Policía Local y Protección Civil.
La instalación de estos aparatos por toda la ciudad, que se realizó el pasado año, se enmarcó dentro de la campaña "Sant Cugat pensa amb el cor", que difunde hábitos de vida saludable para prevenir cardiopatías.
La distribución de los treinta desfibriladores -que se ha ido realizando de forma progresiva a lo largo de varios meses- supone una inversión municipal de 30 mil euros al año y ha ido acompañada de una campaña de sensibilización ciudadana y de cursos de formación dirigidos a personal especializado para el buen uso de estos aparatos.
LA CIFRA
30. Es el número de desfibriladores repartidos por puntos estratégicos del municipio.