La modificación parcial de la Ley General Tributaria tiene como objetivos esenciales, según el Gobierno, prevenir el fraude fiscal, incentivando el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias. También persigue incrementar la eficacia de la actuación administrativa en la aplicación de los tributos, logrando un mejor aprovechamiento de los recursos a disposición de la Administración. Se trata de la reforma de mayor calado de la Ley General Tributaria desde su promulgación en 2003 y complementa la reforma fiscal cuyos últimos hitos afectaron al IRPF, Sociedades o al IVA. Esta reforma ha permitido dar a conocer la lista de grandes morosos de Hacienda.