La Cecot ve con “preocupación” la reforma de la Ley General Tributaria, aprobada por el Gobierno en septiembre, porque considera que puede significar un “retroceso” en los derechos del contribuyente. En un comunicado, esta entidad dio su opinión después de que los miembros del Club Cecot Financer i Fiscal se reuniesen para “analizar, comentar y debatir” el contenido de la última reforma de la Ley General Tributaria. Cecot comparte la voluntad de la administración en profundizar en la agilización de los protocolos de reclamación a los Tribunales Económico-Administrativos mediante procedimientos informáticos y clarificar el procedimiento de actuación en casos de delito fiscal. Sin embargo, ve con mucha preocupación lo que se entiende como un retroceso en los derechos de los contribuyentes a la hora de defenderse ante la administración tributaria.
“La voluntad de luchar contra el fraude, que la Cecot comparte totalmente, no puede ser la excusa para dar a la Administración instrumentos que puedan suponer una posición de abuso y generar inseguridad jurídica en la actividad económica”, afirma Ramon Talamàs, presidente de este club y miembro del comité ejecutivo de la patronal egarense. Aspectos como la pérdida de la prescripción, la ampliación de plazos para la inspección, la eliminación de la factura como elemento de prueba preferente, son algunos de los ejemplos que hacen que las empresas se sientan cada vez “más coaccionadas en el desarrollo de su actividad al sentir que no tienen un marco de seguridad jurídica que les permita trabajar con garantías de no sufrir situaciones arbitrarias o con cambios de criterio” que pueden afectar a ejercicios pasados. Al margen, añade Cecot, del coste administrativo y de gestión que supone tener que mantener los archivos de todos los ejercicios de actividad por si en alguna ocasión la administración tributaria exige su acreditación.
Medidas específicas
En cambio, la Cecot manifesta que faltan medidas específicas que den medios a la inspección tributaria para actuar contra las auténticas bolsas de fraude en la economía sumergida y recuerda que los propios profesionales de la administración manifiestan no disponer de herramientas suficientes. Desde la Cecot “creemos que la mayoría de contribuyentes quiere cumplir con sus obligaciones tributarias y que es necesario un nuevo modelo donde la relación de la administración y el contribuyente sea amable y con el objetivo de ayudar al contribuyente a cumplir con las sus obligaciones ya ser más eficiente”, concluye Talamàs. Con esta reforma se pierde la oportunidad de dar un paso en este sentido y sigue consolidando un modelo en que parece que la visión de la administración tributaria hacia el contribuyente sigue siendo más la de “presunto delincuente” que la de colaborador necesario.