A l margen de la actualidad política, que últimamente nos regala novedades inverosímiles cada día, en el ámbito económico recibimos también diariamente una serie de informaciones algunas de las cuales pueden entenderse como contradictorias o al menos no directamente proporcionales entre sí. Por un lado se nos pinta una situación económica de recuperación y que contrasta con otras informaciones que nos muestran una situación todavía de crisis de la que se nos antoja difícil salir. No es más que la constatación de que se está generando una sociedad de dos velocidades cuya frontera, cada vez más amplia, la marca el desempleo o la precariedad laboral.
Ayer mismo publicábamos que la industria del automóvil ha llegado este año al millón de coches vendidos en España por primera vez desde que se inició la crisis económica. La venta de coches es un referente inequívoco de recuperación económica, un barómetro siempre fiable por lo que entendemos que si se activa el mercado del automóvil es porque existe una confianza de los consumidores y lo que es más importante, la posibilidad de hacerlo. No obstante, al mismo tiempo los medios se hacen eco estos días de los problemas que tienen los jóvenes de incluso 35 años para independizarse, ya que sueldos misérrimos les obligan a seguir en casa de sus padres de manera indefinida.
El Observatorio de la Emancipación asegura que el 80 por ciento de los jóvenes menores de 30 años sigue viviendo con sus padres. Esos datos dicen que la rebaja de los salarios obliga a los jóvenes a dedicar más del 60 por ciento de su sueldo a vivienda, el doble de lo que se recomienda como límite. Es decir que deberían cobrar el doble que lo que están cobrando ahora para plantearse acceder a una vivienda y dejar el domicilio familiar. Estamos hablando de un segmento de población en el que casi el 40 por ciento de los jóvenes está en paro.
No hablemos ya del universo de los parados de larga duración o de los mayores de 50 años. Hoy mismo publicamos las dificultades que se avecinan en una empresa emblemática del Vallès, Delphi, en la que los 540 trabajadores de la empresa y los más de 200 indirectos que genera ven cuestionado su futuro. Junto a la reactivación del mercado del automóvil, del consumo navideño o del aumento del precio de la vivienda está esa otra cara de la pretendida recuperación económica; al menos tan real como la otra.