El conductor de un coche acabó imputado el domingo por un delito contra la seguridad del tráfico: las pruebas de alcolemia que realizó a instancias de la policía arrojaron tasas superiores a los 0,90 miligramos.
Unos agentes de la Policía Municipal pararon un coche en la Ronda de Ponent, junto al puente de Vacarisses, a la una de la madrugada. No tardaron en darse cuenta de que el conductor presentaba signos obvios de embriaguez alcohólica, y lo conminaron a soplar en el alcoholímetro. Las sospechas quedaron confirmadas: 0,93 miligramos de alcohol en el test de orientación y 0,93 y 0,91, respectivamente, en los dos de precisión.
Esos niveles son constitutivos de delito, y la policía abrió diligencias penales contra el conductor, que se llevó también una denuncia administrativa porque el vehículo carecía de seguro. Los agentes contactaron con Egarvia para que una grúa retirase el automóvil y pidieron un taxi para dos ocupantes del coche.
Otro conductor fue imputado el viernes por el mismo delito y en la misma vía, la Ronda de Ponent, porque tenía el permiso suspendido y no había realizado el curso para recuperar los puntos.