Ester Quintana vino a la ciudad a finales de noviembre para presentar el documental “A tu que et sembla?” que habla de su caso pero también del de otros afectados directos. Los responsables de este film han trabajado durante un año y medio llevando a cabo entrevistas y recogiendo declaraciones de otros casos de mutilaciones por la utilización de balas de goma y otros colectivos sociales que junto a Ester toman protagonismo.
Los autores señalan que con este trabajo quisieron documentar la lucha de Quintana y también la de la sociedad que está a favor de la desaparición de las balas de goma y contra la brutalidad policial para garantizar la vida y la integridad física de las personas cuando ejercen sus derechos.
La proyección de “A tu, que et sembla?”, fue posible en Terrassa gracias a Solidaritat Antirepressiva de Terrassa (SAT) y Amics de les Arts, las dos entidades que organizaron el acto. Un acto que atrajo a decenas de personas que quisieron escuchar el testimonio de Ester Quintana de primera mano, mostrar su apoyo a la lucha y ver por primera vez el estreno de este documental en el municipio egarense.
Cómo valoras la acogida que está teniendo el documental “A tu, què et sembla?”
Siempre nos acogen muy bien en todos los sitios donde vamos a proyectarlo. Y la verdad es que la gente, una vez lo ha visto, responde de acuerdo con lo que acaba de ver.
¿Está satisfecha entonces con el resultado?
Si, mucho. Está muy bien realizado. Los chicos que lo han hecho, que son muy jóvenes, han llevado a cabo una gran tarea, la verdad. Estamos todos muy contentos con el resultado del documental.
Y el objetivo principal del film, ¿cuál es?
El objetivo esencial es dar a conocer mi caso y el caso de otras personas a quienes les ha ocurrido algo parecido a lo que me ha sucedido a mí. Y también es el de llegar al máximo número de personas posible, para poder denunciar toda esta situación a mucha gente y conseguir así concienciarles a todos y que no se vuelva a repetir.
¿Cómo valoras el hecho de que te hayan dado una indemnización?
Hombre, que le indemnicen a uno siempre es algo positivo. Lo que ocurre es que el dinero no lo paga todo. Además, el dinero que me han dado no ha sido porque una bala de goma me golpease y a raíz de ello perdiese un ojo, sino porque fui herida en el marco de una acción policial. Entonces es una indemnización como a medias, porque no aceptan lo que hicieron.
Por tanto, el Departament de Interior no reconoce su responsabilidad.
Exactamente. Ni el Departament ni quien lo encabeza no reconoce su culpa. Acepta su responsabilidad civil y lo trata igual como si me hubiese caído en medio de la calle pero no considera que fue por una bala de goma.
¿Por qué crees que no lo quieren reconocer?
No lo sé. Eso se lo tenemos que preguntar a ellos. Han pasado tres años y siguen diciendo que ellos no lo hicieron, que no me dispararon una bala de goma. Al menos ahora han reconocido que fue la policía quien me hirió. Aunque haya sido porque no les ha quedado más remedio.
Pero tu quieres que lo reconozcan. Quieres que acepten que te dispararon una bala de goma.
Hombre, claro. Lo tratan igual como si me hubiese caído en medio de la calle pero no consideran que fue por una bala de goma. Y fue una mala praxis de la policía. Yo quiero que no vuelva a pasarle a ninguna otra persona. Si no me lo reconocen a mi seguirá pasando porque los protocolos seguirán existiendo y seguirán funcionando de la misma manera. Si me lo reconocen a mi, lo tendrán que cambiar. Este es mi propósito.
Y ahora con la indemnización la vía civil está como si dijéramos solventada, pero aún queda abierta la vía penal.
Exacto. Tendremos que ir a un juicio y en éste deberemos demostrar qué policía fue el que me disparó. En principio nosotros tenemos dos Mossos d’Esquadra imputados: un escopetero y un subinspector. Y la fiscalía les pide a ambos dos años de prisión y cuatro de inhabilitación por este delito de imprudencia.
¿Hay fecha ya para el juicio?
Aún no.
¿Y más allá de todo esto, ha cambiado mucho tu día a día? ¿Es más duro?
Sí, ha cambiado. Ahora es mucho más duro. Ha supuesto un cambio porque de ver con dos ojos a solo con uno supone una serie de carencias en mi vida cotidiana. A la hora de llenar un vaso de agua, o de ir en bicicleta, o de encender el fuego o de cosas así, porque no puedo calcular las distancias como antes cuando tenía dos ojos. Solo esto, ya me hace difícil la vida. Imagínate después todo el proceso de operaciones y de reconstrucción y de ir pasando por hospitales, me he sentido un poco ninguneada. Y cada mañana se me hace una montaña. Levantarme y ver que esto no cambiará. Y que a la mañana siguiente, cuando me vuelva a levantar, todo seguirá igual y será de por vida. Es muy difícil.
Por tanto aparte de unas consecuencias físicas notables también existen otras de psicológicas muy potentes.
Yo aún voy a terapia y no tengo intención de dejarla porque me ayuda mucho. Porque claro, tengo altibajos. Como cualquier persona que haya sufrido un trauma de estas características supongo. Intento ponerle todo el remedio que puedo e ir adaptándome tan bien como puedo. Pero es complicado y difícil, aunque lo intento.