Es una tradición entrañable” dice una chica que no pasa de la treintena con su hijo en brazos. Y es que junto con la inauguración del pesebre y el encendido de las luces, esta una de las costumbres navideñas más esperada por los terrassenses. Casi se podría decir que en Terrassa no habría Navidad sin ella. Y es que la Fira de Santa Llúcia es “el alma de la ciudad en estas fechas y no podemos dejar que se pierda”, confiesa Montserrat Nieto, la paradista más veterana del lugar, que este año hace ya 49 que sitúa su comercio en el municipio egarense.
En los 116 metros cuadrados que ocupan las dieciséis paradas de las que consta la feria se pueden encontrar todo tipo de objetos navideños, tanto artesanos como manufacturados, todos ellos de gran calidad según destaca Montserrat Nieto. “Los paradistas se esfuerzan en llevar cosas únicas. La verdad es que cada año nos mejoramos e intentamos ofrecer siempre cosas que sean buenas”, destaca Nieto.
En este sentido los comerciantes buscan cada temporada traer alguna novedad a la feria, para sorprender al cliente y así impulsar las ventas. En el caso de la veterana paradista, para esta edición ha traído muchos elementos novedosos relacionados con el agua, ya sean riachuelos, fuentes, cascadas o construcciones en las que llueve. Aunque sin duda los reyes siguen siendo los caganers. Por eso Montse los tiene moviles: uno al que se le abre la puerta y otro que se limpia. En otra parada, Montse Sebastià destaca que este año como novedad tienen los Minyons y los Castellers.
Por su parte, Maite Rodíguez hace dos décadas que vende tiós en la Fira. “Son una cosa muy tradicional y que gusta mucho. Es algo muy nuestro”, destaca. Los tiene desde los más pequeños a 4,5 euros hasta los más grandes, que pueden llegara costar 55 euros.
Abetos y flores de pascua
Las plantas son otro de los elementos decorativos por antonomasia de las navidades. Si bien los abetos no tienen tanta salida porque los artificiales les han robado protagonismo, las flores de pascua (ponsetias) siguen vendiéndose bastante bien. En el comercio de Codina también venden musgo de Galicia, Huesca e incluso de Dinamarca, lugares donde está permitido recoger. Codina también explica que el modo de comprar ha cambiado. “Antes la gente venía y compraba lo que había decidido. Ahora preguntan cuánto vale, dan una vuelta por la feria y depende de lo que decidan vuelven o no”.
Sea como sea, este año los paradistas confían mejorar las ventas del año pasado y empezar a notar la recuperación de la que tanto se habla. Aunqe “vaya como vaya, la Fira debe seguir existiendo, porque es algo que Terrassa no se puede dejar perder”, reclama Nieto. Las paradas estarán abiertas hasta el 22 de diciembre de 10 a 9.