Terrassa

Terrassa apuesta por las bodas civiles

Solteros, divorciados, católicos, ateos, treintañeros o sexagenarios. Son muchos los terrassenses que siguen dándose el si quiero. Concretamente, en 2014 fueron 691 los matrimonios celebrados en la ciudad según los datos ofrecidos por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Esta cifra representa una tasa de 3,2 matrimonios por cada 1.000 habitantes y rompe la tendencia de la ciudad de situarse como la principal en celebrar más bodas por habitante, situándose incluso por debajo de la media catalana, que se situó en 3,5 casamientos por mil personas en 2014. Respecto al 2013 se celebraron 59 enlaces menos, siendo 750 los enlaces inscritos . No obstante las cifras siguen siendo elevadas, pues se sitúa en la cuarta posición entre los diez municipios de más de 100 mil habitantes de toda Catalunya en censar más matrimonios. La ciudad más casamentera de todas ellas es Sabadell, con una tasa de nupcialidad de 3,4 bodas por cada mil ciudadanos, seguida muy de cerca por Lleida. La tendencia por tanto ha cambiado mucho en un año, cuando Terrassa precisamente se situaba por delante de estas ciudades y ocupaba la tercera posición en un ranking que contemplaba los municipios de más de 50 mil habitantes.

Tras el espectacular boom del año 2000, en el que se registraron 1.237 enlaces, ha venido un periodo de más o menos estabilidad en el que las cifras se han situado entre las 700 y las 800 bodas. Así, pese al incremento de la inmigración registrado durante la primera década del sigo XXI, las bodas no han dejado de disminuir en la ciudad, y en 2014 se casaron en Terrassa casi la mitad de parejas que en ese espectacular 2000. Pero en vez de ir remitiendo cada vez más, lo que se está experimentando es un pequeño baile de cifras en el que parece primar una especie de estabilidad.

Disminuye el rito católico
Así, los terrassenses siguen decididos a formalizar sus relaciones y hacerlo ante amigos y familiares. No obstante, cada vez más eligen hacerlo por lo civil en detrimento a los enlaces religiosos, incluido el rito católico. Las bodas en el juzgado cuadruplican a las de la iglesia, una tendencia que cada año se incrementa. En 2014 fueron 559 las parejas que celebraron una boda civil, mientras que solo 132 pasaron por el altar. Ese año no se celebró ningún otro tipo de enlace.

En cuanto a la edad media del primer matrimonio, esta se va incrementando tanto para ellas como para ellos. El grueso de los contrayentes tiene entre 30 y 34 años. En Catalunya, la edad media del primer matrimonio es de 32,3 años en las mujeres y de 34,3 en los hombres. Además hay que tener en cuenta que los segundos matrimonios estiran cada vez más la estadística. El amor no entiende de edad, algo que ha llevado a 31 terrassenses de más de 60 años -20 hombres y 11 mujeres- a contraer matrimonio durante el 2014. La mayoría de ellos se casaron con mujeres más jóvenes, que estaban entre los cuarenta y los cincuenta años. No obstante, la tendencia a casarse con personas más jóvenes también se da entre las mujeres. Concretamente, una mujer de más de 60 años contrajo matrimonio con un joven de entre 20 y 24 años, dos mujeres de más de 45 y una mayor de 50 se casaron con jóvenes por debajo de los 29 años y una mayor de sesenta se casó con un hombre menor de 49 años.

Cuesta repetir
En referencia al estado civil anterior de los cónyuges, en el 70,1 por ciento de los enlaces matrimoniales celebrados en Terrassa ambos son solteros. Por otra parte, es muy común que los divorciados vuelvan a unirse con divorciados, algo que en la ciudad se dio en 67 enlaces durante el año pasado (lo que representa casi un 10 por ciento de los matrimonios del 2014) del total de 126 bodas que protagonizó este colectivo. Por tanto, si bien puede ser que los divorciados vuelvan a encontrar pareja es difícil que lleven su compromiso ante el juez o ante el altar. Algo que también ocurre con los viudos. Así lo pone en evidencia la estadística, que demuestra que este es un colectivo que muy pocas veces vuelve a casarse, y si lo hace, aún es menos común que lo hagan entre dos personas que han perdido a su ser querido. En 2014 solo dos viudos volvieron a unirse en matrimonio, uno lo hizo con un soltero y otro con un divorciado.

De los 691 enlaces registrados en la localidad egarense, 555 corresponden a parejas de nacionalidad española, mientras que un 15 por ciento (106) son mixtos. Los extranjeros protagonizaron 10 enlaces matrimoniales durante todo el 2014 en Terrassa, lo que representa el 1,4 por ciento del total. Igual que ha pasado con el resto de matrimonios, la tendencia de las bodas extranjeras también ha ido a la baja.

Los datos de 2014 muestran que el mes escogido por excelencia para celebrar una boda es julio (92) seguido muy de cerca por septiembre (88) y junio (87). Los meses de invierno (enero, febrero y diciembre) y especialmente agosto (23), son los que registran menos enlaces. Esta misma tendencia se repite en toda Catalunya. Además, según Idescat, los matrimonios celebrados por el rito católico son los que muestran más oscilaciones a lo largo de los diferentes meses, con un máximo de casamientos en septiembre (796) y un mínimo en los meses de enero y febrero (41 y 47 respectivamente). Los enlaces civiles no muestran tanta variabilidad mensual, situándose el máximo en julio (2.966) y el mínimo en agosto (939).

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