A un motorista de 54 años se le cruzó un perro suelto el martes por la tarde en la Ronda de Ponent. El conductor no pudo evitar el atropello y cayó al suelo, y se hirió. A tenor de las primeras exploraciones, sufrió lesiones que podrían revestir gravedad, en la clavícula. Una ambulancia lo trasladó a Mútua.
Eran las 7.30 de la tarde cuando se supo de los hechos, cuando un testigo avisó a la Policía Municipal: dijo que una moto había caído, parecía que de manera fortuita, en la Ronda de Ponent. Dio la ubicación exacta, y una dotación policial se dirigió al lugar. Tan pronto llegaron, los agentes pidieron a su central la activación del servicio de emergencias médicas para que se personase una ambulancia.
Un can blanco
Los policías averiguaron que aquello no había sido una caída fortuita. Concurría un factor externo. La moto no había resbalado debido a alguna sustancia presente en el asfalto, ni su conductor perdió el control por otra causa, como un desvanecimiento. Su trayectoria había quedado truncada por la aparición súbita de un perro; de un can de color blanco que irrumpió en la calzada, que se le cruzó delante y al que no pudo esquivar.
Según el propio testimonio de la víctima, la moto impactó con el perro, y se desequilibró por el golpe, y el motorista dio en tierra. Tenía dolorida la espalda y no se descartaba, en principio, una fractura de clavícula. Un equipo sanitario se presentó donde estaban los policías y el herido, asistió a éste y lo trasladó al hospital universitario Mútua Terrassa.
El perro no estaba en la zona cuando llegaron los guardias, que igualmente llevaron a cabo el preceptivo informe técnico. Una grúa de asistencia se llevó la moto.