La Taula de l’Aigua regresó ayer al debate sobre el modelo de gestión el agua en la ciudad presentando su proyecto de una futura empresa pública: Aigües Municipals de Terrassa (AMT). La propuesta queda detallada en la Carta de l’Aigua de Terrassa, la hoja de ruta que marca los principios que regirían una gestión cien por cien municipal.
La sociedad sería económicamente accesible y, como proveedora de un bien de primera necesidad, garantizaría el suministro sin restricciones por motivos económicos. La carta descarta la privatización "ni total ni parcialmente" del suministro y del sistema de saneamiento, incluso en el contexto de un modelo mixto de gestión público-privada.
Según el documento, en caso de municipalización del servicio la AMT no tendría fines lucrativos y garantizaría las condiciones laborales de la plantilla subrogada. Además, contaría con mecanismos de participación democrática que permitirían "un control popular y no mercantil de la empresa pública", comentó ayer el portavoz de la Taula de l’Aigua, Cesar Guia.
La plataforma compareció públicamente para presentar su modelo de empresa municipal y para lanzar una dura crítica al equipo de gobierno, al que acusa de "inacción y falta de control" de la gestión llevada a cabo por Mina.
La Taula de l’Aigüa se refirió ayer a la comparecencia del comisionado del Agua, Joan Gaya, en la comisión informativa de Territori i Sostenibilitat, en la que afirmó que la falta de información sitúa al Ayuntamiento lejos de poder abordar una liquidación del servicio en condiciones y de debatir sobre el futuro modelo de gestión.
Ballart y la Fundació Mina
"No admitiremos que su inacción comporte gastos o indemnizaciones a la concesionaria que se hubieran podido evitar ", advierte la Taula de l’Aigua al gobierno municipal. También al alcalde Jordi Ballart, al que pide que renuncie a su papel como patrón de Honor de la Fundació Mina. "No pude estar en una empresa sobre la que tendrá que decidir en el futuro".
La Taula de l’Aigua exige que fluya la información y se pregunta si, con el retraso acumulado, la consulta anunciada por el alcalde reunirá todas las garantías. "Nuestro enemigo no es Mina -afirma Santi Aragonés-. Nos preocupa la actitud de un gobierno municipal que no lidera y pone trabas. No permitiremos ir a una consulta sin que la ciudadanía esté bien informada". En ese contexto la plataforma reivindica la constitución de la Comisión del Agua, el órgano participativo que debe reflexionar sobre el modelo de gestión e impulsar el debate ciudadano.