Tras dar los primeros pasos baloncestísticos en el colegio Ramón y Cajal, Pere Higuero, ha ido trazando, desde el esfuerzo, una trayectoria encomiable. Desembarcó en el Sferic en la categoría Infantil. Ya como sénior, defendió la camiseta del Épic Casino y del Agut. Luego, decidió cambiar de aires, y su camino prosiguió en Martorell. Ahí, el servicio militar obligatorio, puso punto y seguido a su trayectoria. Tras dicho servicio, volvió a las pistas, siendo el Sferic, de nuevo, el escogido. Tras unos años en el club de la Sagrada Familia, Pere se embarcó en el que fue el club de su vida, el Sant Quirze. En él, pasó 12 temporadas, y vio a su hijo dar sus primeros pasos en una pista de baloncesto. Tras esos 12 años, Pere puso fin a su binomio con el Sant Quirze, y su destino fue el Regina Carmeli de Rubí. Fue cuando puso fin a su trayectoria con el equipo de Rubí que, tras una temporada sin equipo, el Viladecavalls le dio la opción de volver a jugar con el que es, sin ninguna duda, su mejor aliado y compañero, Dani
