Parece que finalmente se está llegando al final del proceso que ni con prisa ni sin pausa debe reinventar el Vapor Gran. Se trata de una reconquista, como dice la arquitecta contratada al efecto, Itziar González, y está resultado compleja puesto que se ha invertido casi tres veces más de lo inicialmente previsto en llevar a cabo el estudio (con el proceso participativo sobre el agua no se lo podrá permitir).
El Vapor Gran es un espacio urbano fallido en diversos aspectos. Se quiso preservar el pasado industrial de la zona y buscar, sin éxito, un equilibrio entre lo residencial y lo comercial. Se pretendía un esponjamiento de una zona oscura mediante una apertura que se hizo hacia el sur, pero de espaldas al norte. Ni ha funcionado como eje comercial, ni como lugar de encuentro; no se ha incorporado al hábito del paseante porque no hay nada que llame lo suficiente ni ningún elemento que lo facilite. Es cierto, por otra parte, que la zona de ocio del Segle XXI, que debía ser una pequeña locomotora periférica del Vapor Gran también falló.
La empresa es difícil, pero por lo visto del proceso participativo hay que valorar muy positivamente que vecinos y comerciantes, que no siempre tienen intereses comunes hayan, ellos sí, sabido fabricarse a través del diálogo un lugar de encuentro. Por eso tiene incluso más valor la propuesta de un skate park en la zona. El propio alcalde, cuando era concejal, frenó el proyecto de una instalación así en Vallparadís por quejas de los vecinos por posibles problemas de ruido.
En cualquier caso, el Vapor Gran necesita del centro y el centro también necesita del Vapor Gran, aunque quizás no sea demasiado consciente. La zona centro necesita oxígeno y ganarlo por el Vapor Gran no es una mala manera de obtenerlo. La cuestión no es fácil, pero existe una posibilidad en el proyecto de apertura a través del Vapor Ros, unido a la ordenación que pueda hacerse en la zona si se hace realidad el futuro súper de Bon Preu. Si se produce la conjunción de astros que pueden hacerlo posible podría ser una buena solución.
Mientras, las medidas que han surgido de la mano de Itziar González y su proceso participativo con los actores de la zona y técnicos municipales pueden dar calor al ahora desangelado Vapor Gran, pero la suavidad de sus formas poco podrá si además no se llena de contenido.