Terrassa

El reto de reinventar el Vapor Gran

La zona céntrica conformada por el Vapor Gran y la Plaça Nova es un foco de discusión especialmente tras el boom vivido entre 2007 y 2008, cuando la actividad comercial empezó a decaer. Lo que debía ser un espacio comercial y residencial de gran éxito ha resultado ser un fracaso debido a varias causas y que desde hace más de un año se intenta analizar para buscar soluciones. Para ello, en verano de 2014 el Consistorio confió en la arquitecta y mediadora vecinal Itziar González, que durante este tiempo ha realizado una diagnosis colaborativa con técnicos municipales, especialistas en diseño de espacios urbanos así como con vecinos y comerciantes de la zona.
El resultado de este análisis se dio a conocer el martes en una sesión en la que, a parte de los actores implicados, también estuvieron presentes representantes de todos los partidos políticos del Ayuntamiento, que tomaron buena nota de las reclamaciones y propuestas. El lugar escogido para la sesión no podía haber sido más idóneo, pues el lugar elegido fue el Quadrant.0, la oficina municipal que está precisamente ubicada en el Vapor Gran.

Una de las primeras conclusiones compartida por los vecinos de la zona es que no se han sabido resolver las conexiones entre los distintos espacios públicos, lo que sigue dando la sensación de recinto cerrado. “La conexión con el centro es un punto crítico, pues las aceras son estrechas, la calle del Portal Nou parece ser una barrera física, la iluminación es escasa?”, comentaba el presidente de una de las comunidades de vecinos presentes.

Otra de las grandes reclamaciones de la tarde fue que la gente no distingue bien los espacios y se pierde. “Necesitamos señales. La gente que viene no sabe dónde están los sitios. La calle Tallers, por ejemplo, no se sabe ubicar. Es triste que no se le de valor a la zona”, manifestó otra de las vecinas, propietaria de un local de restauración.

Para mejorar los problemas con los locales de las plantas bajas, la mitad de los cuales (20) están vacíos, se ha propuesto realizar un censo y crear una bolsa que permita la cesión temporal de estos locales comerciales, atrayendo así nueva demanda ciudadana. Por otro lado, también se ha apuntado que se podrían repensar los vapores Freixes y Ros.

Lo que se pretende por tanto, según resumió la técnica Itziar González, es “reconquistar” el Vapor Gran, haciéndolo más agradable y atractivo económicamente pero que a la vez sea compatible con la parte residencial.

Propuestas colaborativas
Para poder actuar en este ámbito y redefinir el espacio de manera adecuada, se ha dividido el recinto en siete sub ámbitos. Así, se han analizado los problemas concretos y se han podido proponer las soluciones que parecen más adecuadas. Cambiar pavimentos, crear zonas de sombras con unos árboles más altos, suavizar escaleras y sobre todo mejorar la conexión de la zona son las principales actuaciones. Gran parte de ellas, según Itziar “son microreformas que no exigen un gran presupuesto” y que por tanto podrían empezar realizarse próximamente. Estas han salido del trabajo realizado tanto por los técnicos como por los expertos y los vecinos de los 32 edificios de la zona, que han recogido sus propuestas en un contracto-programa que las diferentes formaciones políticas deven consensuar. “Se trata de una nueva manera de hacer las cosas y reivindicar que el urbanismo es una cooperación de muchos agentes”, declaró Itziar.

Una de las ideas fundamentales del proyecto es que, una vez aplicado el proceso en el Vapor Gran, este pueda ser exportado y aplicado a cualquier otro espacio publico de la ciudad.

La Plaça Vella ¿el problema?
Por su parte, los representantes de todas las formaciones políticas consistoriales allí presentes felicitaron a los miembros de la Associació de Veins del Vapor Gran por su labor y, especialmente, por haber sido capaces de ponerse de acuerdo.

Mientras que desde la CUP apoyan las medidas siempre que sean “low cost”, desde Terrassa en Comú (TeC) Xavi Matilla apuntó que el Vapor Gran y la Plaça Nova deben desarrollar una identidad propia para diferenciarse de la zona de la Plaça Vella, pues históricamente éste ha sido el centro neurálgico y lo continuará siendo, al menos en un futuro próximo.

En este sentido, Isaac Albert, d’ERC, fue un paso más allá y afirmó que este espacio se pensó para mejorar la conectividad con el sur de la ciudad, de manera que para los vecinos de esa parte del municipio fuese más fácil acceder a la Plaça Vella, porque la ciudad se ha desarrollado “del centro hacia afuera”. Además, apuntó que los problemas que están experimentando estos vecinos también suceden en otros puntos de la ciudad y que, en todo caso, en esta zona puede ser “más fácil encontrar una solución”. Por su parte, tanto Ciutadans como Convergencia y PP mostraron su “impaciencia” -según palabras de Miquel Sàmper- para que el tema empiece a solucionarse cuanto antes.

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