Hace apenas un año que el periodista de TV3 Joan Carles Peris trabaja como corresponsal en París. Durante ese tiempo ya ha vivido dos atentados.
¿Como se levantó París el lunes?
Retomó más o menos la normalidad, aunque en el ambiente pesa mucho la sensación de vulnerabilidad. Los franceses llevan casi un año oyendo que se ha aumentado la seguridad y pese a todo se cometieron esos atentados. Y la sensación es que esto puede tener un coste en su vida, pues los yihadistas atacan al modelo de vida occidental, de cultura y ocio.
Apunta a la vulnerabilidad pero ¿y el miedo?
También. Y se traduce en episodios concretos. En el metro una persona intuyó algo que no le parecía normal y empezó a correr. Acto seguido todo el mundo se puso a correr. Y se creó una situación de caos por algo que no era real. También ocurrió en la plaza de la República, donde se estaba realizando una concentración y de repente alguien escuchó lo que le pareció una detonación y todos a correr.
¿Esto puede ser por el miedo a otra acción terrorista?
No hay miedo, hay certeza. Lo dicen los mismos responsables del gobierno. Cada semana se sabe de atentados que supuestamente se han conseguido abortar.
¿Se nota entre los franceses un sentimiento de odio o venganza?
Creo que no, aunque supongo que entre los que están más relacionados con las víctimas sería legítimo. Hay cierta espiral asumida, también por parte del gobierno, de que se está en guerra. En este escenario la venganza tiene cabida.
¿Y cómo vive esta situación la comunidad musulmana de París?
Con mucha incomodidad. Temen nuevas reacciones islamofóbicas y seguramente por eso son los primeros a condenar los atentados.
¿Cuál es el estado actual de las investigaciones?
Están en marcha y avanzan de manera normal. No creo que tardemos mucho a saber quienes han sido todos y como han actuado.
¿Qué medidas tomará el presidente Hollande próximamente?
Reformar la Constitución para cambiar el estatus del Estado de Emergencia y el de Sitio para tener instrumentos que permitan hacer frente a este nuevo tipo de guerra.
Desde Europa se pide diferenciar terroristas de refugiados.
Es un tema muy delicado que puede traer consecuencias dramáticas. Se debe ir con pies de plomo.