Desde la llegada de la crisis la cifra de personas en riesgo de pobreza y exclusión social no ha hecho más que aumentar año tras año, algo que notan especialmente las entidades del tercer sector, que son las encargadas de atender a los ciudadanos en primera instancia.
En Creu Roja Terrassa atendieron en 2014 a 7.737 personas en su dispositivo de lucha contra la pobreza y la exclusión social, lo que supone un aumento del 34 por ciento respecto al año anterior. “Las cifras de personas en situación de vulnerabilidad sigue aumentando”, explicó el presidente e la asamblea local, Marià Gàllego, durante la presentación del informe. “Son personas que han dejado de cobrar la prestación y no tienen ingresos, familias que con las ayudas no llegan para pagar la vivienda, los suministros y alimentarse, y ahora también trabajadores contratados a tiempo parcial son sueldos precarios”, añadió. Esto concuerda con los datos aportados por Càritas en su informe Foessa, que indica que el 15 por ciento de las personas que trabajaban en Catalunya en 2013 eran pobres y que “cada vez se ve mas claro como el trabajo ya no protege contra el riesgo de pobreza”.
La demanda más importante que plantean los usuarios de acogida social es la alimentación de la familia y en especial de los más pequeños. A este le siguen los gastos del hogar y el material escolar. La lucha contra la pobreza y la exclusión representa el gasto más elevado para la entidad local (supone el 46 por ciento de la inversión), lo que significa un gasto de 772.108 euros de un presupuesto de 1.678.495 euros.
Desde la Fundació Busquets apuntan que la situación de las personas que responden al perfil de los que se ha denominado “nueva pobreza” ha empeorado porque, “mientras hace unos años las posibilidades de inserción eran bastante altas, ahora cuesta mucho salir de esta situación de exclusión. Las oportunidades laborales son prácticamente inexistentes y el precio de la vivienda es prohibitivo. Eso provoca que la situación de exclusión de estos ciudadanos se vaya cronificando”, apuntan desde la Fundació.
Más personas que piden ayudas
El Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) ha publicado los primeros indicadores territoriales de riesgo de pobreza y exclusión social, correspondientes al 2012, consciente de la urgencia de disponer cada vez de más información estadística que permita una aproximación a la distribución territorial de estos dos fenómenos. Este organismo catalán se basa en cuatro grandes ámbitos para realizar sus estimaciones: el mercado de trabajo, la demografía, la renta monetaria y la protección social.
Según los datos de esta entidad, Terrassa contaba hace tres años con un 16,2 por ciento de la población en paro, lo que significa 35.000 terrassenses sin trabajo. De este colectivo, un 6,6 por ciento (más de 14.200 ciudadanos) eran parados de larga duración y más de 7 mil de muy larga duración. La población parada ha disminuido en los últimos años, pasando de los 23.659 ciudadanos de 2012 (según datos del padrón municipal, que acostumbran a variar con los del Idescat) a los 21.307 del 2014. No obstante hay una cifra que ha empeorado. Se trata del colectivo que forma parte de los parados de muy larga duración, que han pasado de los 5.325 de 2012 a los casi 7 mil de 2014, lo que significa un aumento del 24 por ciento en solo dos años
Sobre los indicadores de renta monetaria, el porcentaje de rentas inferiores al 60 por ciento de la mediana en el municipio egarense se situó en el 30,3 por ciento, y la desigualdad de renta según fuentes tributarias en un 47 por ciento.
Protección social
Por otro lado, Idescat también ha tenido en cuenta los indicadores relativos a la protección social para poder estimar el riesgo de exclusión social y pobreza en la ciudad. En cuanto a las prestaciones por desocupación, cada vez son menos las personas que las reciben. Así, si en 2012 daban 12.714 ayudas, en un año los beneficiarios pasaron a 11.390 y el año pasado eran 9.528, lo que significa que se dan un 25 por ciento menos de prestaciones por desocupación. Otro indicador a tener en cuenta en este ámbito es el de las prestaciones a jubilados y pensionistas. Así, en 2014 en Terrassa se adjudicaron más de 49.000 pensiones, con una media en euros que se situó en 948,70.
En lo que hace referencia a la ayuda alimentaria, desde el Observatorio de Terrassa e Idescat solo se han podido obtener datos relativos al 2012, que indican que se pudo ayudar a un 5 por ciento de la ciudadanía. La renta de inserción es otro factor clave para calcular el riesgo de pobreza y exclusión social. Así, si bien en 2012 en Terrassa había 2.858 receptores de esta ayuda, en un año subieron a los 2.981 y el año pasado ya eran 3.544 los terrassenses que solicitaron esta ayuda y se les concedió. En este punto es importante remarcar que una cosa son las ayudas otorgadas y otra las solicitadas. Y es que las administraciones se ven cada vez más desbordadas y han llegado a un punto que no pueden hacer frente a todas las demandas de las personas que, pese a cumplir los requisitos, se quedan sin ellas por falta de recursos públicos.
En cuanto al último indicador, el demográfico, la población egarense de 75 años o más que vivía sola en 2012 se situó en el 28 por ciento. En referencia a la tasa de escolarización, fue del 82,3 por ciento, lo que representa casi dos puntos menos que la media catalana.
