Las inyecciones de insulina podrían convertirse en un recuerdo del pasado para los diabéticos. Todo gracias a un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, que ha creado el primer parche "inteligente" para tratar la enfermedad. Se trata de un invento capaz de detectar los incrementos en los niveles de azúcar en sangre y determinar la dosis necesaria de insulina en cada momento. Del tamaño de una moneda, el parche tiene más de un centenar de agujas diminutas del tamaño de una pestaña. Estas "microagujas" están llenas de unidades de almacenamiento microscópicas de insulina y enzimas de detección de la glucosa que liberan rápidamente su carga cuando los niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos. El estudio que se publicó a finales de junio en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), demostró que este parche, indoloro, disminuía la glucosa en sangre en un ratón con diabetes de tipo 1 durante nueve horas.
Éxito arrollador
Según Enric, el secretario de la delegación de Terrassa de la Asociación de Diabéticos de Catalunya (ADC), este parche ya se ha empezado a vender y con un éxito absoluto. De hecho la popularidad entre las personas que padecen diabetes ha sido tal que en los primeres meses se agotaron las existencias. Ahora, la farmaceutica que lo vende por Internet -pues en España es la única manera de adquirirlo de momento- tiene una lista de espera de dos meses. "El éxito de ventas fue tan radical que ahora el laboratorio no puede servir parches al momento porque no tiene existencias suficientes. Y eso que sale muy caro", afirma el secretario. Según afirma, cada unidad sale por 50 euros y tiene una duración de 15 días. "Es un precio muy alto si se tiene en cuenta que no está subvencionado", añade Enric.
Por otro lado, aunque desde la ADC-Diabètics de Terrassa desconocen los motivos, este nuevo invento no es recomendable para menores de edad. De hecho en la asociación saben de un caso de una menor de 18 años a quien su madre se lo compró "bajo su responsabilidad y se lo tuvo que quitar porque le molestaba y no le daba resultado".
Dentro de poco -aunque no se sabe la fecha exacta- la entidad situada en Terrassa tiene previsto hacer una conferencia para explicar cómo funciona este parche, qué ventajas comporta y qué inconvenientes puede conllevar. "Queríamos hacerlo antes de cerrar por vacaciones, pero fue imposible porque el laboratorio se quedó sin existencias y no podríamos hacer una demostración, con lo que la explicación hubiese quedado a medias", revela el secretario de la ADC.
Calidad de vida
"Hemos diseñado un parche para la diabetes que trabaja rápido, es fácil de usar y está hecho de materiales no tóxicos biocompatibles", explica Zhen Gu, coautor del estudio. Y añade: "Todo el sistema se puede personalizar para tener en cuenta el peso de un diabético y la sensibilidad a la insulina, así que podríamos hacer que el parche fuese todavía más inteligente".
Esto ayudará a millones de personas. En Terrassa hay 20.000 diabéticos y la cifra oficial en Catalunya es de 550.000, de los cuales se calcula que aproximadamente la mitad lo desconoce. En el mundo, la diabetes afecta a más de 387 millones de personas y se espera que ese número aumente a 592 millones para el año 2035.
Los pacientes con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 avanzada tratan de mantener sus niveles de azúcar en sangre mediante el control de su glucosa en sangre y el uso de inyecciones de insulina, un proceso que es doloroso e impreciso. Y tal como apunta el doctor John Buse, otro de los autores del artículo, "la administración de la cantidad incorrecta de la medicación puede llevar a complicaciones como la ceguera y amputaciones de las extremidades o, incluso, consecuencias más desastrosas tales como comas diabéticos o la muerte".
Ante ello, los investigadores han intentado eliminar la posibilidad de error humano con los "sistemas de circuito cerrado", que se conectan directamente a los dispositivos que hacen un seguimiento de azúcar en la sangre y administran la insulina. Sin embargo, las bombas de insulina necesarias requieren sensores y bombas mecánicas con catéteres con punta de aguja que se deben poner bajo la piel y sustituir cada pocos días.
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