Suena el despertador, te levantas con prisas; llegas tarde a trabajar y esta semana llevas acumulado un montón de trabajo pendiente; a media mañana recibes una llamada de la guardería porque tu hijo tiene fiebre, no te da tiempo a hacer la compra y, para rematar el día, tienes una bronca monumental con tu marido. Sin duda has tenido un mal día, pero tranquila, basta con seguir unos trucos básicos y estar preparada para afrontar con buena cara las sorpresas que nos depara el día. No hace falta plantar el pie derecho al levantarse de la cama pero sí seguir unos consejos para hacer más llevaderas las mañanas. Porque un buen estado de ánimo también repercute en la salud. La Fundación Española del Corazón explica en un decálogo de normas básicas cómo conseguirlo.
1. Prepara todo antes de ir a la cama.
Empezar bien el día requiere organización. Si te cuesta arrancar, procura dejar preparado lo importante la noche anterior: la ropa escogida, la mesa del desayuno preparada y, si sales de viaje o tienes una reunión, la maleta o el maletín a punto. Cuantas menos tareas tengas que hacer al levantarte, menos estrés sufrirás para despegar.
2. Duerme bien y lo suficiente.
De la cantidad y calidad del sueño depende el ánimo matinal. De siete a ocho horas es la cantidad necesaria de sueño reparador para que una persona adulta rinda bien al día siguiente y con energía.
3. Despiértate con calma.
El ring del despertador es el enemigo número uno de un buen despertar. Lo ideal es que tu despertar sea progresivo: una opción es tener una música agradable cuyo volumen vaya aumentando poco a poco; otra, aún mejor, sería despertarse con una luz de intensidad creciente. Hay lámparas-despertador con esta función.
4. No saltes de la cama.
Tómate unos segundos para desperezarte y estirarte sobre el colchón. Así tu cuerpo se percatará de que debe levantarse. Esos momentos no cuestan nada y ayudan a arrancar con buen pie.
5. Expónte a la luz natural.
Exponerse nada más levantarse a la luz solar es una forma natural de decirle al cuerpo que ya es de día y de despertar y activar las células.
6. Toma agua al levantarte.
El sueño nocturno es el periodo más largo de tiempo que pasamos sin beber, por lo que es buena idea tomar un gran vaso de agua natural nada más levantarse.
7. Haz un poco de ejercicio.
Hasta 30 minutos después de abrir los ojos, el cuerpo sigue dormido. Para ayudar a que se despierte suavemente, realice unos estiramientos sencillos. Esos ejercicios moderados nos ayudarán a activarnos.
8. Regálate una buena ducha.
Cada persona tiene unos gustos, pero la ducha matinal ayuda a despertar el cuerpo y a empezar el día con buen pie. No tiene que ser muy larga ni con agua muy caliente.
9. Piensa en positivo.
Si has pasado una mala noche, piensa en algo positivo cuando te despiertes, como las cosas que vas a solucionar. Aunque parezca una tontería, ayuda a iniciar bien la jornada.
10. No salgas de casa sin desayunar.
Con el desayuno pasa lo mismo que con la luz solar: cuanto antes lo tomes, antes se pondrá el cuerpo en marcha. Ni se te ocurra salir de casa sin desayunar. La noche es una larga fase de ayuno y el cuerpo necesita alimento.
