Para la comunidad de la Escola Joan XXIII de Les Arenes, este curso es muy especial. La escuela de infantil y primaria pública cumple cincuenta años de vida y quiere que su celebración no solo sea un referente para el barrio y la zona sino también para toda la ciudad. El programa conmemorativo se inaugurará hoy, hacia la once de la mañana, con parlamentos, la plantación de un árbol, una exposición conmemorativa y una muestra de trabajos realizados en los talleres.
La creación de la Escola Joan XXIII va asociada a la figura del padre escolapio Alejandro García Durán de Lara (1935-1999), quien acudió al barrio para ayudar en las tareas de reconstrucción tras la trágica riada de 1962. El religioso se puso al frente después de la iniciativa social que reclamó mejoras y equipamientos para la zona. Para la escuela se abrió una campaña de recogida de fondos que dio sus frutos en poco tiempo y se levantó el edificio actual en la calle del mismo nombre. El centro educativo, con el nombre originario de Patronato Juan XXIII, abrió sus puertas en noviembre de 1965 con doce aulas de primaria y otras de secundaria. En sus inicios funcionó como una extensión del antiguo Instituto Arrahona de Sabadell (donde ahora hay la comisaría de los Mossos d’Esquadra). Los alumnos que hacían el bachillerato en Les Arenes se examinaban y obtenían el título en el Arrahona.
En esta primera etapa, la escuela aplicó un modelo docente y de gestión innovador para la época. Al respecto, el director Jordi Garcia, significa el hecho de que fuera una escuela mixta (niños y niñas iban juntos). También remarca que era totalmente asamblearia y que contaba con una gran implicación de los padres.
Asimismo subraya sus acciones solidarias. "Por aquel entonces los padres ya se organizaban para ofrecer bocadillos a los niños que lo necesitaban. El tema afectivo -señala Garcia- estaba por delante de la disciplina. La escuela siempre tenía las puertas abiertas a todos".
Esto era así porque el padre Alejandro y algunos vecinos quisieron que el colegio actuara también como espacio de encuentro y dinamización social. En la Escola Joan XXIII se hacían reuniones de vecinos y también disponía de espacio para lectura y para ver cine. Una actividad esta última que, según veremos más adelante, ha sido uno de los rasgos diferenciales de este colegio.
Fusión y nueva etapa
La escuela estrenó una nueva etapa hacia 1972 cuando el padre Alejandro la cedió al Ayuntamiento y pasó a ser de titularidad pública. Un año más tarde el denominado Patronato Juan XXIII realiza la fusión con la Escola Magdalena Rosell, que había justo al lado, y tras la misma el nuevo centro adoptó el nombre de Colegio Mixto Juan XXIII. Disponía de veinte aulas de primaria y una de párvulos y acogía a 740 alumnos.
En 1976 se incorpora al equipo docente el padre escolapio Ferran Sans. El director también destaca su paso por la escuela de relevante. "Fue un maestro querido por todos. Promovió las convivencias de claustro donde los maestros elaboraron el proyecto pedagógico de la escuela y sus estatutos". Sans vive desde hace 25 años en el Senegal donde creó la escuela pública Kalasans en el barrio de Sam-Sam Dakar. El aprecio en Les Arenes se materializó en una asociación de amigos de Ferran que impulsa campañas para el centro senagalés.
El proyecto elaborado relanzó varias actividades socioeducativas y culturales. La principal fue fomentar el lenguaje oral y escrito a través del interés que tenían los alumnos por el cine. El taller sobre el séptimo arte fue asentándose después gracias al liderazo de Miguel Ciarruz y consiguió que guiones y cortos fueran premiados por la Universitat Autònoma de Barcelona. La iniciativa se ha consolidado hasta hoy en la que los alumnos de 5º y 6º de primaria realizan vídeo-clips con las nuevas tecnologías.
Talleres tecnológicos
Además del cine, la Escola Joan XXIII también efectuó una fuerte apuesta por la pretecnología. El maestro Fidel Figueroa impùlsó una aula- taller para que los alumnos de más de edad realizaran proyectos a partir de conocimientos previos de mecánica, ebanistería, electricidad y dibujo técnico. Esta aula también se mantiene y en la actualidad se realizan proyectos de marquetería. En la década de los ochenta y noventa se impulsó el aula de informática -fue la primera en Terrassa, según el director- con ocho ordenadores y también el taller de robótica y se abrió la oferta deportiva con la incorporación del handbol y básquet.
Tiempo después se adecuó la biblioteca, que cuenta con un fondo notable de libros para fomentar el gusto por la lectura.
Para el director, la Escola Joan XXIII es un centro que mantiene el objetivo inicial que es el de educar en valores. "Es muy importante que nuestros alumnos logren, además de una buena formación académica, una buena formación como personas, que crezcan y se desarrollen en valores que les permitan tener recursos para convivir en el mundo".
A la pregunta de si ha influido el paso de dos padres escolapios, Garcia señala que " al margen de ideologías religiosas, estas dos personas transmitieron con su ejemplo una forma de hacer. Pusieron en valor el esfuerzo, la comunidad, colaboración, la solidaridad. Hay que tener en cuenta que este barrio, en su momento, creció con la llegada de familias muy humildes y estaba dejado de la mano de toda administración. La riera, además, actuaba como una frontera. Yo llevo aquí quince años pero cuando hablas con los maestros más veteranos siempre ponen el acento en la educación integral".
LOS DATOS
Centro: Escola Joan XXIII en Les Arenes
Oferta: Dos líneas de infantil y primaria en régimen público
Alumnos: 469
Plantilla: 32 personas
Proyectos destacados: audiovisuales y talleres de pretecnología