Opinió

Estrategias

El gran interés que presenta el actual mandato en el Ayuntamiento de Terrassa está en comprobar el grado de permeabilidad del equipo de gobierno a las propuestas de una oposición que se siente fuerte y en cómo va a gestionar el equipo del alcalde Ballart le negociación de los grandes temas. Pero empieza a ser especialmente interesante observar las estrategias que utilizan los partidos de la oposición para enfrentar los debates e incluso para forzarlos.

La novedad en este mandato es que no hay mayorías determinantes ni en el equipo de gobierno ni fuera de él y cada pleno municipal es un campo abierto en el que se empieza de cero. Se intuía compleja la negociación de las ordenanzas fiscales, como también lo será la de presupuestos, pero será por la tradición, por la inercia o por las mayorías que nos habíamos instalado en un orden natural que ahora se cuestiona. Siempre se habían aprobado inicialmente las ordenanzas fiscales y con posterioridad los presupuestos municipales. La oposición pide que el debate de ordenanzas y presupuestos se aborde conjuntamente. El argumento es tan simple como contundente: si las ordenanzas sirven para recaudar el dinero que servirá para elaborar el presupuesto, por qué no se explica en qué se va a gastar el dinero que se recauda con los impuestos y tasas. Y en ello se está.

ERC quiere aprovechar el reglamento para forzar el debate en el pleno de diciembre, en el mismo en el que se debatirán los presupuestos. Las ordenanzas se someten hoy a votación en pleno extraordinario y se deben aprobar definitivamente en el de diciembre. Esquerra piensa abstenerse para facilitar la aprobación definitiva y forzar un debate conjunto el 22 de diciembre. Y el equipo de gobierno no lo ve del todo mal puesto que tendrá cinco semanas para negociar ambas cosas. En este caso, Ciutadans quizás se desmarque y su voto, en diciembre, volverá a ser determinante. Es probable que hoy vote en contra y que en diciembre se pronuncie favorablemente.

Habrá que ver cómo el equipo de gobierno defiende sus ordenanzas. Las subidas de impuestos en un momento como éste necesitan de explicación. Si la tasa de basuras aumenta un cinco por ciento se deberá explicar si es para reforzar el servicio, visto el estado de la ciudad; si es para pagar el encarecimiento de la gestión de residuos o es para recaudar más dinero para cuadrar el presupuesto global. O para las tres cosas; la cuestión es que se explique.

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