Con la expulsión de los judíos ordenada por los Reyes Católicos en 1492, y la consecuente ausencia del judaísmo en el Estado español durante siglos, su cultura y su folclore han sido aquí poco menos que desconocidos, salvo para contados estudiosos, y algunos de sus elementos que en otros países han pasado al conocimiento popular aún nos resultan exóticos o ignotos. Por ejemplo, el golem. “La criatura de formas humanas, creada por virtud de un acto mágico, gracias a la combinatoria de las letras del alfabeto hebreo”, según estricta definición del hebraista Manuel Forcano, de larga tradición en los cuentos y leyendas judíos, saltó en el siglo XIX a la literatura fantàstica general, tratada también por autores no judíos (entre ellos, muchos románticos alemanes, como uno de los hermanos Grimm), y, en la centuria siguiente al cine. Pero el libro que dio la fama mundial al golem, auténtico best-seller internacional de las primeras décadas del siglo XX, aún no había sido traducido a ninguna lengua hispánica. Hasta ahora, en que Manuel Forcano, del original en hebreo rabínico, ha trasladado al catalán “El gólem i els fets miraculosos del Maharal de Praga”.
Capítulos independientes
“Es un libro muy entretenido. Cada capítulo es una historieta, y el golem actúa en diversas situaciones. Hay fantasía, misterio, sueños, aventura, cábala, investigación policial, duelos judiciales y también humor, y además es un mito que nos hace pensar en nosotros mismos, en nuestros límites como personas humanas”, explicó Forcano en la presentación del libro en el Ateneu Terrassenc. El gólem se llama Yossele y está al servicio del rabino que lo ha creado, Judà Loew, el Maharal de Praga, “una especie de Sherlock Holmes que resuelve enigmas y deshace acusaciones”.
Al golem solemos imaginarlo siempre como un émulo de Frankenstein, que acaba descontrolado y atacando su propia comunidad, como en la novela de Gustav Meyrink de 1915 y las películas de Paul Wegener. Sin reparar que obras como estas presentan “la visión del cristiano, al que le da miedo entrar en un barrio judío, no vaya a encontrarse con el golem. Los judíos divulgaron la leyenda para protegerse de los cristianos”.
Yudl Rosenberg, en cambio, cogió la leyenda y la estructuró literariamente “desde el punto de vista de los judíos”, presentando un golem “casi humano, que tiene nombre, bueno, cariñoso, obediente, que pasa frío y llora”. De ahí la novedad y el éxito mundial del libro, que rápidamente fue traducido a numerosas lenguas (hasta al judeoárabe y el judeopersa). Incluso una escena de la película “Fantasía” de Walt Disney –la de las escobas– está tomada de este libro.
“El gólem i els fets miraculosos del Maharal de Praga” también debe leerse en función del contexto histórico en que fue escrito: un momento de auge del antisemitismo y poco después de los violentos pogroms acontecidos en Rusia entre 1903 y 1905. “Todos necesitamos que nos proteja alguien, pero los judíos, por la larga historia de persecuciones que han sufrido, más que nadie, y a falta de ángeles, Rosenberg se inventa un gólem.”
Forcano también abordó los orígenes del mito en la Biblia, el Talmud y el “Sefer Yesirah”, “que fue el libro de cabecera de los cabalistas durante la Edad Media”. w