El Deutsche Bank, el mayor banco alemán, presentó ayer sus peores resultados trimestrales y avanzó un drástico plan de saneamiento que incluye 15.000 despidos, la salida de diez países, el cierre de cientos de filiales y la cancelación de los dividendos este año y el próximo. El nuevo copresidente del Deutsche Bank, John Cryan, que accedió en agosto al cargo con la misión de imprimir un claro cambio de rumbo a la entidad, comenzó a desvelar en su primera comparecencia pública las “duras” medidas que ha diseñado para volver a un banco “íntegro y fiable”, además de más seguro y eficiente en su actividad y más sencillo en su estructura.
En el plano laboral, el banco apuntó que prevé despedir para 2018 a 9.000 empleados a tiempo completo, así como a 6.000 trabajadores de servicios subcontratados, y que el país más afectado, con un recorte de 4.000 puestos, será Alemania.
La entidad se va a retirar “completamente” asimismo de diez mercados, principalmente en América Latina y Europa: Argentina, Chile, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda, Malta, México, Perú y Uruguay. Además, reducirá el número de sus filiales, recortando principalmente sus oficinas en Alemania (200) y el resto de Europa Occidental, explicó Cryan.
El portavoz del Deutsche Bank Klaus Winker indicó posteriormente a Efe que en este momento la entidad no está en disposición de desvelar en detalle el impacto concreto en términos de empleados y filiales afectadas que va a tener el plan de saneamiento en España y América Latina.
Forma justa
“Les aseguro que esta reducción de puestos de trabajo se hará de una forma justa y en contacto con los representantes de los trabajadores”, subrayó el copresidente.
Para 2018 el número de empleados a tiempo completo del Deutsche Bank se reducirá hasta los 77.000, desde los 103.000 actuales, según la entidad, ya que a los 9.000 despidos netos hay que sumar la pérdida de personal derivada de la venta de la filial Postbank.