Llevaba el carné caducado pero esa infracción sólo constituía falta administrativa. Lo que constituyó delito fue el nivel de alcoholemia del conductor: multiplicó por cinco la tasa máxima permitida. Lo pillaron el domingo en Sant Pere Nord.
Eran las 3.35 de la madrugada. Patrullaba una dotación de la Policía Municipal por la calle del Doctor Ferran cuando observó el transitar errático de un coche. Los agentes lo pararon. Su conductor daba signos de ebriedad, y las pruebas de alcoholemia lo verificaron: la primera arrojó un resultado de 1,04 miligramos. La segunda, de 0,95. Los policías le abrieron diligencias penales. Lo mismo hicieron veinticuatro horas antes unos agentes con un conductor que dio 0,77 en los tests. Lo sorprendieron en la plaza de los Països Catalans, a unos metros de la Jefatura.