Una de las películas más esperadas de esta edición del festival era Love 3D, el film que escandalizó a su paso por Cannes por sus explícitas escenas porno. En Sitges, fuera de concurso, motivó opiniones dispares. Más allá de polémicas estériles, el controvertido cineasta galo-argentino filma un bello poema sobre el amor y la pérdida que utiliza el sexo como prolongación y complemento del amor. No pretende excitar a nadie, sino acercar al espectador a una historia dura y bella a partes iguales. Tras "Irreversible" y "Entre the void"’ Noé sirve en "Love" su obra más aprehensible, la historia de un amor perdido contado en flashbacks que derramó varias lágrimas en el Auditori. Se permite, eso sí, algunas licencias con el 3D, como el plano de la eyaculación sobre la platea, recibido con aplausos. Todo en Love es real, tanto el sexo como el amor, vistos aquí como dos caras de una misma moneda. Logra el film un drama sobrecogedor que hace pensar, remueve entrañas y conciencias y no es en absoluto lo que parece.
Difícilmente se estrenará. Una lástima. Igual que el hecho de que sea recordada como la primera cinta porno que oncursa en el Festival de Cannes. Y es que, algunos, proclives al escándalo y la mercantilización del arte cinematográfico, no supieron ver la magnitud del grito que se esconde bajo una aparente sinfonía de cuerpos desnudos haciendo el amor delante de la cámara.