Pudo caer en otro momento y en otro sitio, pero fue a dar en el suelo con su moto justo delante de un coche patrulla de la Policía Municipal. El conductor estaba bajo los efectos del alcohol. No consta que resultase herido, pero sí se sabe que acabó imputado por un delito contra la seguridad del tráfico, pues dio 0,76 miligramos en las pruebas de alcoholemia.
El accidente, con menos consecuencias lesivas que legales, ocurrió el sábado, a las tres de la madrugada, en la calle de Pau Claris, en el Centre. Una dotación policial circulaba por esa calle, en tareas de patrulla, cuando los agentes vieron cómo el vehículo que les precedía, una moto, caía al suelo. No había, en principio, razón física (externa) alguna para el accidente. Apenas se dirigieron al motorista, los guardias observaron en él síntomas de encontrarse bajos los efectos de bebidas alcohólicas o cualquier otra sustancia tóxica. Era lo primero.
Semáforo en rojo
La prueba orientativa reveló una tasa de 0,62 miligramos que los tests de precisión, efectuados después en la Jefatura, elevaron a 0,76. Apenas media hora después una unidad policial sorprendió a otro conductor en estado de ebriedad cuando su vehículo circulaba, de forma errática, por la calle del Periodista Grané. Una prueba arrojó una tasa de 0,68 miligramos. La otra, una de 0,62, por lo que el implicado quedó denunciado. Lo mismo le ocurrió a otro hombre interceptado ese mismo día, a las siete de la mañana, en el paseo del Vint-i-dos de Juliol porque su vehículo estuvo a punto de colisionar con otro. Cuando lo pararon, los guardias apreciaron síntomas de ebriedad que las pruebas de alcoholemia corroboraron: 0,67 miligramos.
Pasarse un semáforo en rojo costó caro a un conductor al que pilló la policía cometiendo dicha infracción el sábado por la noche en la avenida de Barcelona. Los guardias comprobaron que, además de dar positivo, con 0,65 y 0,58 miligramos, el individuo no tenía permiso de conducir, por lo que le abrieron diligencias penales.