Terrassa

Una jornada electoral catalana diferente

Para muchos ciudadanos, el 27s eran unos comicios como los de siempre, para otros eran decisivos para conseguir la independencia de Catalunya. Desde 1980 hay elecciones al Parlament de Catalunya pero las de ayer han sido las que han generado más expectación. Y es que este 27S presentaba mucho elementos novedosos con respecto a ediciones anteriores, entre los cuales el debate sobre el proceso soberanista de Catalunya y con él los partidarios de un país independiente. Es por ello también que en estos comicios se presentaban candidaturas diferentes a las tradicionales integradas por los partidos políticos históricos y otros más nuevos pero conocidos.
El día de ayer estaba considerado de trascendental para la historia de Catalunya y así quedó plasmado en las urnas con una participación altísima, que se situó en un 77,21 por ciento, 7,24 puntos sobre las elecciones pasadas de 2012. Un porcentaje que ha batido un récord histórico porque la más alta registrada en estos 35 años fue precisamente la de 2012 donde se logró un 69,97 de participación.
La fiesta de la democracia-así se denomina en el argot político- fue numerosa en Catalunya y también en Terrassa. La jornada, que se desarrolló con normalidad, ya apuntaba hacia al mediodía que sería más participativa de lo habitual. Y es que los colegios electorales ya recibieron electores a primeras horas pero fue antes del almuerzo, de doce a dos de la tarde, cuando la afluencia fue notable.
A esa hora, colegios como el instalado en el centro cívico Francesc Macià de Sant Pere, uno de los lugares donde se desplazó este diario, eran un auténtico ir y devenir de personas, la mayoría en familia pero también en pareja o en solitario. Frente a las mesas con la urnas largas colas. “Es un no parar”, comentaban presidentes y vocales mientras que los ciudadanos que iban a votar quedaban sorprendidos por tener que aguardar tanta espera.“¿Cuánto tiempo’ ¿Veinte minutos?” “Uff…Quizás vuelva a la hora de comer que estará mucho más tranquilo”.
El ajetreo era mayúsculo. Yolanda Ruiz, de 47 años, esteticista, que ejercía de vocal en una de las mesas, lo constató. “A mí me tocó venir como vocal en unas elecciones pero hace mucho tiempo. Quizás veinte años pero no recuerdo tanta gente como hoy. A las nueve de la mañana ya había cola. Estamos muy entretenidos”.
Yolanda compartía mesa con Atenea Cívico, una joven de 21 años, odontóloga, y Jesús López, de 37, trabajador en una empresa farmacéutica. Atenea y Jesús se estrenaban en la tarea. La primera no se lo esperaba. “Estaba de suplente pero el presidente que le tocaba se ha excusado y me he tenido que quedar. Bueno… Un día distinto. Para Jesús también. “Sería mejor que llamaran a gente que está en el paro. Lo agradecerían”, manifestaron al unísono.

Quedarse o salir de España
Los tres se mostraban asombrados por el interés que había despertado este 27S. Josep Díaz, de 44 años, pensionista, coincidía con ellos aunque quiso dejar claro, desde su punto de elector, que “son unas elecciones catalanas normales. Nos quieren hacer creer que son otra cosa pero para mí son como las de siempre”. En el mismo sentido se manifestó Manuel, de 51 años. “Son importantes en función de quién. Para mi son autonómicas y ya está”.
Más contundente se expresó Máxima Pérez, de 88 años. “Yo soy fiel a mi partido, a los socialistas. Estos que dicen que se quieren ir de España… Yo no lo comparto porque soy catalana pero también española”. A su lado, su hija Mercedes Soto, de 48 años, dijo que tenía dudas. “Eso de la independencia yo no lo veo claro. Creo que es un proceso complicado y costoso”.
Abandonamos ese centro cívico de Sant Pere Nord y nos traslados al colegio La Roda en pleno Centre de Terrassa. En esa sede electoral también había un gran ambiente de gente que entraba y salía, hacía cola y formaba corros dentro y fuera comentando cosas de política y de otra índole. “Estoy viviendo este día como si fuera Festa Major porque estoy saludando y viendo a todos los vecinos del barrio”, explicó Miquel Gabarró, de 51 años, abogado, que ejercía de presidente de mesa.
A su lado, Danae Guerra, de 27 años, médico, y Lluís Costa, de 19, universitario, también se mostraban sorprendidos por tanta afluencia. Danae, que era su segunda vez en una mesa electoral, dijo que la primera vez le pareció más tranquilo. Quizás porque esta vez le cogió con un poco de sueño. “Vengo de una guardia en urgencias en el Hospital de Terrassa y hubiera preferido descansar. Apenas he dormido. Así que estoy esperando a mañana (hoy) para recuperarme un poco de este ajetreo”.
Los tres tuvieron poco tiempo para responder a preguntas porque en unos segundos ya apareció de nuevo una nueva cola. Jaume Bladas, de 48 años, comercial, expresaba su alegría. “Espero que cambien las cosas a partir de mañana (hoy para el lector) y Catalunya avance hacia la independencia”. Joan Figueras, de 58 años, abogado, se manifestó por igual. “Estas elecciones son plebiscitarias. No hay medias tintas. Mi voto es para una Catalunya independiente que defienda nuestra lengua, cultura identidad. Hay que salir de España”. Opiniones, pues, para todos los gustos. Porque, lo dicho al principio, para unos estas elecciones eran normales y para otros eran una oportunidad histórica para conseguir un Estado propio.

La jornada en datos
Electores: 153.125
Nuevos electores: 656
Colegios: 46
Distritos: 6
Mesas electorales: 238
Candidaturas: 9 (PSC-PSOE, Junts pel Sí, Catalunya Sí que es pot, Unió, PP, Ciutadans, CUP, Partit contra el Maltractament Animal y Recortes Cero-Els Verds). Son las que corresponden por la circunscripción.

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