Terrassa

Una vía con mucha historia y repleta de curiosas anécdotas

Cuenta Baltasar Ragón en su libro que la calle de Sant Josep tiene una particularidad que no tienen las otras calles de Terrassa, y es que al final es estrecha (4,20 metros de ancho), y luego se va ensanchando hasta llegar a los 5,60 metros del final. Además, la mayoría de las casas de la parte derecha son de las mas antiguas de Terrassa, pues fechan de mediados del siglo XIX.

En el tramo que va de la calle García Humet a la de Sant Antoni se la llamaba "la Barcelonesa". Se cree que el origen de este nombre viene dado por la hilera de casas iguales y cortas que hay en la parte izquierda. Destaca el escritor que "Hay vecinos que están allí de toda la vida y aquel trozo tiene una característica, y es que por cualquier pequeño suceso que pase en Terrassa, todos los vecinos salen a la calle (Sant Josep) a hacer sus comentarios".

Se cuenta que en la vivienda número 28, que contiene una inscripción con fecha de 1879, había a principios del siglo pasado una taberna muy popular conocida con el nombre e Cal Solé, que se llenaba de cánticos los sábados y domingos por la noche.

El libro Els carrers de Terrassa l’any 1900 también destaca una curiosa historia de un maestro llamado Capdevila que tenia una escuela muy popular en la casa 58. Al lugar le llamaban Cal Manco, y es que el maestro solo tenía el brazo derecho. Según Ragón, el hombre tenía "Muchos discípulos. Prueba de ello es que cuando era la hora de salir, los chiquillos emergían como una riada, se extendían por la barriada y pocas veces pasaba que no se rompiese el cristal de un fanal o se llevasen la cuerda de alguna persiana de reja".

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