Los asalariados en España realizan cada semana un total de 3.904.100 horas extraordinarias que no son remuneradas por sus empresas, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone que los empresarios se están ahorrando el pago de casi 98.000 empleos a tiempo completo (40 horas semanales) que cubren con estas horas a coste cero, según una nota difundida por el sindicato CGT de Catalunya.
La cifra supone un récord desde el segundo trimestre de 2008, cuando las horas extra no pagadas se situaron en 3.941.000. Ahora, sin embargo, son más frecuentes las horas extraordinarias que no están pagadas por las empresas que aquellas que sí son remuneradas, que en el segundo trimestre de este año ascendieron a 2.816.400. En 2008, representaban un 39% del total y ahora un 58%.
El sector en el que las empresas se "ahorran" más puestos de trabajo a tiempo completo gracias a estas horas extra no pagadas es la industria manufacturera (510.000 horas), seguido por la hostelería (443.500) y el comercio al por menor (426.500). Desde el segundo trimestre de 2008, las horas extra pagadas se han desplomado un 53%, según el INE.
Josep Santcristòfol, secretario general de UGT en el Vallès Occidental, aseguró ayer a Diari de Terrassa que la reforma laboral que impulsó el Gobierno del PP en 2012 "introdujo en la práctica una flexibilidad ficticia en las empresas que, de hecho, es poner a total disposición de éstas a sus trabajadores. Una cosa es una flexibilidad interna bien entendida, que es algo que necesitan las compañías, y otra, hacer barra libre".
Contratos de cuatro horas
Según este sindicalista, el "fraude" más generalizado se ciñe en "trabajadores que disponen de contratos de cuatro horas diarias o quince a la semana que, en la práctica, están a disposición absoluta de la empresa realizando horas extras prácticamente no remuneradas". Y "encima", añade Santcristòfol con ironía, "tienen que dar las gracias porque están asegurados". Estas son las consecuencias de un mercado laboral "devastado completamente", al que le costará "muchísimo recuperarse".
Los sindicatos conocen esta situación, ya que numerosos trabajadores les comunican estas irregularidades. Sin embargo, la gran mayoría son reacios a denunciar. "En muchos casos están atemorizados. La situación laboral no facilita, precisamente, que se opte por la denuncia ya que se juegan que les echen con una indemnización mínima. Vienen al sindicato, explican la situación pero no quieren denunciar para evitar represalias. Desde el inicio de la reforma laboral de 2012, ha habido una avalancha brutal de casos de este tipo", añade el secretario general de UGT en la comarca. Estas situaciones son más frecuentes en la comarca, según este sindicalista, en sectores como el comercio y la hostelería, y también en los servicios de limpieza y mantenimiento, tanto empresas como a particulares, donde este "abuso es terrorífico".
Josep Santcristòfol considera que en la industria estas prácticas "también se dan pero con menos frecuencia. En este sector, los trabajadores están agrupados en un sólo lugar y poseen mayor representación sindical. En los servicios, por contra, la gente está más dispersa y también funcionan sindicatos amarillos. Aquí la situación es mucho más precaria, vamos, un desmadre absoluto".