El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha puesto hoy la vista sobre Grecia, tras la dimisión del primer ministro Alexis Tsipras y el anuncio de comicios en septiembre, y ha deseado que en ese país se “gobierne bien” y que en España no ocurra que alguien se “cargue la recuperación”.
En el municipio lucense de Portomarín, que lo ha nombrado Caballero de la Real Orden Serenísima de la Alquitara, el dirigente popular ha apuntado que “lo único serio al final en la vida es ser serio, por lo menos en el medio y el largo plazo”, y ha indicado que Grecia a principios de este año, aunque en la actualidad no, “iba a tener un crecimiento económico muy importante”.
“Desgraciadamente -ha proseguido- ahora va a tener un crecimiento económico negativo” y, además, ha afirmado, habrá elecciones después de siete meses de inestabilidad.
“La demagogia sobra siempre en cualquier faceta de la vida y lo que tiene que hacer un gobernante es estar también para los momentos difíciles y no echarle la culpa de todo a los demás”, ha asegurado a modo de crítica Rajoy y ha subrayado que “a la gente hay que decirle la verdad cuando una situación es difícil, compleja”.
Rajoy ha insistido, ante las preguntas de la prensa, en que “no tiene sentido” que en Grecia, con un escenario complicado, se eche “la culpa de todo a los demás”, y menos todavía, ha continuado, la decisión que se tomó de enfrentarse a la Unión Europea, dado que “eso no tiene ningún sentido porque es la UE quien está ayudando a Grecia y quien va a ayudarle”.
España aportará al nuevo rescate, ha recordado, 10.150 millones de euros, y “no es una cifra ciertamente menor”, por lo que Rajoy ha apuntado que lo que espera es que “a partir de ahora, salga como salga el resultado de las elecciones en Grecia, se cumplan los compromisos, se gobierne bien y se empiece a crecer y a crear empleo”.
Esto, crecer y crear empleo, ha agregado, ya lo han hecho otros países, como España, donde “hemos intentado ser serios con las políticas que hemos llevado a cabo y por fortuna” se ven los frutos. Y sin alusiones expresas, ha añadido: “nadie venga a romper esta recuperación, que se ha iniciado, a lo largo de los próximos años”.
Mariano Rajoy también ha adelantado que en septiembre se resolverá “definitivamente” la atención sanitaria a los inmigrantes irregulares, y ha concretado que “los derechos, igual que los deberes y las obligaciones, deben ser exactamente iguales para todos en todo” el territorio español.
Se refería así a la polémica surgida a raíz de la advertencia de su Ejecutivo a las comunidades por cómo han devuelto la asistencia a los inmigrantes irregulares, que el Ministerio de Sanidad ha negado que se trate de una amenaza, sino de poner de manifiesto que una tarjeta sanitaria genera derechos en los países de la UE, cuyos ciudadanos podrían sentirse discriminados.
Ha incidido en que la sanidad pública española concede a los inmigrantes irregulares una atención “de las más avanzadas del conjunto de la Unión Europea” y lo único que su Gobierno pretende es “algo bastante razonable, que es que el mismo trato sea igual en todas las comunidades autónomas de España”.
Asimismo, Mariano Rajoy ha situado como “uno de los grandes retos” mantener el sistema de pensiones que existe en España y “mejorarlo poco a poco”.
Se ha mostrado en este sentido partidario del diálogo y de un debate en el que se contemple, por ejemplo, si las prestaciones por viudedad y por orfandad se podrían empezar a financiar con impuestos.
“Es una cuestión puramente técnica, aunque es muy importante”, ha afirmado Rajoy ante las preguntas de los informadores, y ha aludido a un sistema de bienestar, el de España, “que no tiene casi nadie en el mundo”.
En un nuevo parón en sus vacaciones en Galicia, Mariano Rajoy ha ensalzado la belleza de Portomarín, municipio clave del Camino de Santiago, que “une a toda Europa” y recibe muchos visitantes, al igual que España, porque “a la gente le gusta lo que somos y como somos”, ha concluido.
