El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, concretó ayer que serían las llamadas pensiones de muerte y supervivencia las candidatas a dejar de ser pensiones contributivas y pasar a financiarse con cargo a los presupuestos a través de los impuestos.
En ese apartado se incluyen las pensiones de viudedad (alcanzan a 3,3 millones de beneficiarios en España) y las de orfandad (llegan a 340.000 personas).
"Evidentemente, las pensiones de jubilación e incapacidad tienen condiciones para su mantenimiento como esencialmente contributivas. Se podría centrar el debate en muerte y supervivencia", dijo Burgos, poniendo así el acento en las pensiones de viudedad y orfandad.
Debate abierto
"Si puede haber un acuerdo estaríamos encantados. Creo que venimos escuchando a diferentes grupos pedir ese debate y diálogo en el seno del Pacto de Toledo y no es un compromiso etéreo, sino que está en los presupuestos", concluyó.
Por su parte, la diputada socialista Isabel López Chamosa rechazó la opción de que estas pensiones dejen de ser contributivas. El PSOE propone financiar con los impuestos el conjunto del sistema, pero no extraer de la Seguridad Social ninguna pensión.
En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo ejercicio ya se incluye una disposición adicional en la que el Gobierno invita a los grupos parlamentarios a debatir sobre la sostenibilidad de la Seguridad Social.
La idea, que fue adelantada en su momento por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es financiar el sistema con fuentes alternativas, como a través de los impuestos, y no sólo con las cotizaciones sociales.